Monday, October 30, 2006

WINGER / FATAL SMILE

26 de Octubre de 2006. Sala Ritmo & Compás

La pasada semana nos visitó por primera vez en España Winger, una de esas muchas formaciones de hard rock de finales de los ochenta y primeros noventa que han vuelto a juntarse al amparo de un nuevo contrato discográfico y con nuevo disco tras muchos años de silencio como grupo completo.
Para sus conciertos en nuestro país han contado como compañeros de gira con un grupo prácticamente desconocido por estos lares, los suecos FATAL SMILE. Una formación que hasta la fecha ha publicado un par de discos de hard rock con influencias punk y sleazy, el más reciente “Neo Natural Freaks” fue del que dieron buena cuenta en su actuación madrileña, con alguna referencia a su primer álbum totalmente desconocido para mí. Y ciertamente supieron defender sus temas y calentar al público de forma potente, con un excelente sonido durante toda su actuación y ganándose a la concurrencia de principio a fin.
Me convencieron mucho más en directo que tras haber escuchado su segundo disco, me parecieron mucho más frescos y brillantes sobre las tablas que en el reproductor de CDs, con un vocalista poderoso y comunicativo como H.B. Andersson, un buen guitarrista como Y, así se hace llamar el muchacho, bastante limpio en su ejecutoria dentro de la caña que metió a su instrumento y que además apoyaba muy bien en los coros al igual que el bajista Markus Johansson que compartía base rítmica con el batería Thomas Lindgren que desarrolló perfectamente su labor a pesar de lo reducido del espacio del que disponía para tocar prácticamente al borde del escenario con su instrumento delante del que luego utilizarían Winger.
Los temas fueron convenciendo uno tras otro, con la participación de un público que empezó expectante y que en un alto porcentaje acabó metiéndose de lleno en ellos junto a la banda. Desde el inicio con “Neo Natural Freaks”, “Crash And Burn” o “Bleeding Kiss” demostraron un buen nivel, llegando al final con cortes ya coreados como “11th Hour”, “Common People” o la agresiva y directísima “Learn, Love, Hate” que sonó realmente contundente. Entre medias una fuera del último disco, llena de provocación y energía que si hay que según su estribillo debía llamarse “Mother Fucker” y que se cantó con fuerza por toda la sala. Acabaron completando una muy buena actuación y convenciendo prácticamente a todos, perfectos para calentar el ambiente.
Y un rato después empezó a hacerse realidad el deseo de muchos de los presentes, por fin podíamos ver en directo a WINGER. Aunque no las tenía todas conmigo, dados ciertos desengaños acaecidos últimamente con otras formaciones de similares características que han vuelto para reverdecer laureles sin demasiada fortuna, y observando la línea musical de la última entrega del grupo, que sin estar mal no es precisamente su mejor obra, acudía a la cita un poco con la mosca detrás de la oreja. Y mis temores se cumplieron en cierta medida; no tanto por el set que desarrollaron los americanos, bastante acertado bajo mi punto de vista, sí no por esta extraña afición que les ha entrado últimamente a los grupos de hard melódico por embarullar su sonido y saturar sus guitarras sin demasiado sentido, cuando la limpieza y melodía eran una de sus señas de identidad con las que se hicieron grandes.
Empezó la cosa bastante accidentada, con “Blind Revolution Mad” que empezó sonando bastante bien, pero el ampli de guitarra de Reb Beach se paró y tuvieron que interrumpir la actuación para arreglar la avería, afortunadamente el parón fue bastante corto y enseguida recuperaron el tema, mientras, Kip Winger, camiseta roja con el toro de Osborne en ristre, bromeaba sobre sí continuar con el siguiente o repetirlo. Lo repitieron, pero ya no sonó tan bien, correcto sin más y a partir de aquí el sonido en general empezó a ensuciarse por momentos. “Loosen Up” me pareció ciertamente desafortunada, muy embarullada, lo arreglaron bastante a continuación con “Seventeen” que ya resultó más brillante, con la voz de Kip muy potente, menos melódica como es lógico que cuando nos visitó en solitario haciendo sus shows acústicos, pero con mucha garra y arrogancia típica de rock star ochentero, con provocadores movimientos de bajo incluidos.
También colaboraron en el apartado vocal los dos guitarristas, el mencionado Reb Beach que aunque no acabó de convencerme, sí dejó buenos momentos con su hacha, y John Roth que me sorprendió tanto con su gibson blanca sonando mucho más limpia, como con sus buenos coros, también mejores que los de Beach que parecía algo “despistado”. Por el contrario el que sí se mantuvo centrado en todo el concierto fue el batería Rod Morgenstein, que se mostró muy técnico y contundente con las baquetas. El cuarto tema en caer fue “Down Incognito”, que resultó ser de las más destacadas de la noche, sonó muy bien.
Pero a partir de la siguiente “Right Up Ahead”, primera de las tres que hicieron de su último disco “IV”, tanto por el sonido como por los temas, la cosa se me hizo bastante pesadita, demasiado espesa, no había brillo, no eran los Winger directos y melódicos que nos convencieron en su momento. Lo que hicieron con “Rainbow In The Rose” fue un destrozo, uno de los temas más destacados de su carrera y que oscurecieron de tal manera que resultó casi una versión sucia de la original, con Winger haciéndose cargo de los teclados en un pequeño set situado a un lado de la tarima de la batería; algo parecido paso después con “You’re Are The Saint, I’m The Sinner” que les quedó bastante deslucida, entre medias otros cuatro temas menos destacados como la nueva “Generica” ciertamente pesada con un desfase instrumental en su parte final fuera de lugar, “Junkyard Dog” y “Headed For A Heartbreak”, que no me dijeron gran cosa, y sí me gustó más “Your Great Escape” la más destacada de las nuevas que incluso tenía un ritmo que recordaba al “Empire” de Queensryche, salvando las distancias. Esta parte más cansina del concierto se cerró con un aburrido solo de guitarra de Reb Beach, al que la verdad no le presté demasiada atención.
Y tras el solo de Beach empezó un nuevo concierto, sólo por lo que vino a continuación hasta el final mereció la pena acercarse a Ritmo & Compás. Curiosamente el mejor sonido del show vino con cinco de sus mejores temas. Fue una delicia escuchar en toda su brillantez y dimensión himnos como “Can’t Get Enuff”, a pesar de echarse de menos los teclados, “Easy Come Easy Go” coreada con fuerza por la audiencia para dar paso a los bieses con “Who’s The One” con Kip tirando de guitarra acústica mientras John Roth se hacía cargo del bajo, algo que continuaron con la maravillosa “Miles Away” que sonó de impresión, buenísima. Y cierre de fiesta con “Madeleine” coreada hasta la saciedad. Un final brillante de un último tercio de concierto que hizo que la nota del mismo subiera notablemente, ya que de haber seguido en la misma tónica de los temas antes interpretados no hubiera pasado del aprobado raspado, y que consiguió que nos fuéramos a casa con un buen sabor de boca.
Lo que me pregunto es por qué sonando y tocando tan bien como lo hicieron al final, cómo sonaron tan mal en bastantes fases del concierto, ¿cuestión de técnicos, de interpretación, de temas?, no lo se, imagino que entre todos la mataron y ella sola se murió, y al final la cosa no resultó tan redonda como hubiéramos deseado. Espero que si Winger siguen adelante como banda al completo, algo sobre lo que me surgieron algunas dudas tras observar ciertos detalles tras el concierto, lo hagan con el buen hacer que demostraron al final de su actuación y que vuelvan a la brillantez de antaño, si no, casi mejor que lo dejen y se dediquen cada uno a lo suyo. El tiempo nos sacará de dudas.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Ana Ouro y Sergio Zapata

Tuesday, October 24, 2006

BONFIRE / SHYLOCK

20 de Noviembre de 2006. Sala Caracol

De nuevo volvían a Madrid uno de esos grupos que con el tiempo se han convertido en apuesta segura de calidad y diversión en cada una de sus actuaciones, los alemanes Bonfire.

Y para la ocasión nos juntamos en la céntrica sala Caracol de Madrid unos trescientos seguidores del grupo, que en su gran mayoría ignoraron por completo la actuación de los también teutones SHYLOCK, encargados de abrir la velada a eso de las 20:30. Craso error el cometido por los que prefirieron apurar hasta última hora, o lástima para los que sencillamente no pudieron llegar antes. Gran actuación la que nos ofreció este quinteto prácticamente desconocido por aquí y del que apenas había escuchado su segunda obra “Pyronized” publicada en el año 2001.
Su música es básicamente muy similar a la de Bonfire, aunque un poco más melódica con la presencia destacada de los teclados en sus temas (me recordaron bastante a sus paisanos Dark Sky en su actuación de Berlín junto a Thunder), como complemento a las buenas partes de guitarras de Hannes Lohr, la buena y potente voz de Matthias Schenk, y el espectáculo en vivo del bajista Meter Adler que no paró de menearse y motivar a la concurrencia, con bajada del escenario a la zona del público durante la interpretación de uno de sus temas más rockeros y pegadizos de la noche.
Sin duda un grupo a seguir de cerca, que gozaron de un magnífico sonido, y que por desgracia muchos se perdieron. Esperemos que haya próxima vez y la gente les preste más atención.

Pero la gente realmente por lo que se congregó la lluviosa tarde del viernes pasado en Caracol fue para volver a disfrutar con la gira del veinte aniversario de los chicos de BONFIRE, a los que parece que el paso del tiempo, al menos musicalmente no les ha afectado en absoluto, más bien al contrario. Ya con todos los que teníamos que estar en la sala el grupo bávaro empezó a soltar trallazo tras trallazo de su extensa y fantástica discografía.
Empezaron con dos de los cortes de choque de su última y triste e incomprensiblemente inadvertida obra para el público, “Double X”, un discazo que es de lo mejor, sino lo mejor que han sacado desde “Point Blank”. Los temas en cuestión fueron la cañera y directa “Day 911” dedicada a las víctimas de los atentados de Nueva York de hace unos años, y la pegadiza “But We Still Rock” todo un manifiesto rockero con el que parecían querer decirnos que el sonido más moderno y experimental de “Free” fue sólo eso, un experimento que ya tienen olvidado, de hecho no tocaron nada de él, y que han vuelto a la senda más rockera y clásica.
Era sin duda algo palpable desde un inicio, con un poderosísimo sonido, sobre todo por la inclusión desde hace unos meses del guitarrista Chris Linburg en lugar del teclista que les acompañó en su anterior gira presentando el citado “Free” y que dotaba de una tremenda potencia a la interpretación de los temas por parte de toda la banda. Una banda cuyos miembros, aparte de Chris, siguen siendo los mismos, el carismático Claus Lessmann haciéndose cargo de las voces en gran estado de forma, el brillante Hans Ziller deleitándonos con sus buenísimos solos de guitarra, el contundente bajista Uwe Koehler que no paró de dar buena caña y de acompañar perfectamente con sus coros al igual que Chris, y el aporreador Juergen “Bam Bam” Wiehler que sigue haciendo honor a su sobrenombre sacudiendo a su batería sin tregua, y que también pudo lucirse con un breve solo. Todos ellos redondearon una gran actuación, y además del poderío y pegada que demostraron, no dejaron en absoluto de lado la melodía y accesibilidad de sus cortes, con ese sonido limpio y directo que tanto nos gusta.
Tras presentar en sociedad los temas de su nuevo disco, empezaron a repasar de forma extensa muchos de sus mejores temas, que una vez más funcionaron a la perfección en vivo. Casi sin descanso fueron cayendo, “Never Mind” primera que interpretaron del maravilloso “Fire Works” su obra maestra del 87, “Under Blue Skies” llena de feeling con unos buenísimos coros ¡en directo!, “Hot To Rock” donde la gente participó entregada por completo al ritmo que marcaba Calus, al igual que en “Don’t Touch The Light” que daba título a su primer trabajo, y “Tony’s Roulette”, un corte menos conocido pero que también llegó a la perfección al público.
Se tomaron un pequeño receso con una parte más acústica, con la sentida “Proud Of My Country” y con la sorpresa para muchos “Rock & Roll Cowboy”, pero en castellano, con Lessmann haciendo una dignísima interpretación en nuestra lengua y sin chuleta, al menos que yo apreciara desde mi posición en la sala, todo un detallazo ampliamente agradecido y aplaudido por los asistentes. Cerraron este pequeño oasis acústico con “Give It A Try”, un pedazo de baladón lleno de rollo y que en ningún momento se hizo empalagosa, todo lo contrario, había momento que el espíritu de “When The Smoke Is Going Down” de Scorpions parecía estar flotando en el ambiente, uno de los puntos álgidos de la velada.
Volvieron a la vena eléctrica, pero más melódica con “What’s On Your Mind” el tercer y último tema que nos ofrecieron de “Double X” que sonó muy bien, al igual que “American Nights” uno de sus singles más claros y coreados. De aquí al final pelotazo tras pelotazo, con la gente totalmente puesta al servicio de la causa y disfrutando sin parar de “Blink Of An Eye”, “Sweet Obsession” otro de los momentos destacados de la noche, “Hard On Me” con el bailoteo del personal por toda la sala y “Ready For Reaction” que sonó realmente heavy, como casi todo el concierto, y que enlazaron con un pequeño fragmento de “Champion” tras presentar al banda, y con la que completaron otro poker de temas se me pasaron volando antes de los bises.
Nos hicieron esperar poco, y volvieron otra vez con una de sus buenas baladas, “You Make Me Feel”, que no fue más que la calma antes de la tormenta final con “S.D.I.” y “Bang Down Your Door” con la locura definitivamente instalada en la sala. Cierre magnifico, para una pedazo de banda que vuelve a sus orígenes más cañeros y que esperemos que nos ofrezcan otros veinte años de buen hacer musical. Felicidades.

Texto y Fotos: Mariano Palomo

Friday, October 13, 2006

NEXX

8 de Octubre de 2006. Sala Heineken

Día marcado en rojo en el calendario para los seguidores de hard melódico. Y no sólo por que fuera domingo, eso era lo de menos, además no había fútbol, la razón por la que era importante el pasado 8 de octubre era la presentación en sociedad de “Another Dawn” el segundo trabajo de una de nuestras mejores bandas, NEXX. Y la gente respondió en mayor medida de lo que quizá podría esperarse por la cantidad de conciertos que vienen a Madrid ya mismo, por el mencionado hecho de ser domingo y porque todavía y por desgracia Nexx no tienen todo el nombre y reconocimiento que merecerían. Muy buena afluencia, sobre los tres cuartos de aforo de la sala, aunque el personal salvo honrosas excepciones estuvo bastante frío, aunque al final se animó un poco más y acabó rindiéndose al buen hacer del grupo.
Estaba claro que los chicos estaban dispuestos a darlo todo esa noche. Con un muy buen montaje, de lo mejorcito que se ha visto últimamente en esta limitada sala, con buenas luces, cuatro pantallas de video unidas en el fondo del escenario que proyectaban continuamente imágenes de la actuación y enlatadas, y con un par de panales laterales recordando la portada de “Another Dawn”. Lástima que tardaron en encontrarle el punto justo al sonido, que al principio no fue todo lo bueno que debía, con algún que otro acople y saturación, pero que pasado el primer cuarto ya empezó a sonar bastante redondo.
Además de la presentación de su segundo disco, recién aparecido, esta actuación suponía la puesta de largo del teclista Benjamín, que ya había se había subido con el grupo en algún evento de menores dimensiones sustituyendo a Fran pilar fundamental del grupo que hace unos meses emigró a Estados Unidos por motivos laborales. Y la verdad es que tanto Benja, como el resto de la formación estuvieron a muy buena altura, y además con gran nivel de acoplamiento e implicación en todo el quinteto.
Comenzaron sus dos horas de show proyectando en las pantallas imágenes de la naturaleza como complemento a la intro que dio paso al primer corte, single y video de “Another Dawn”, “Critical”. Una acertada elección para comenzar con fuerza y energía. Curiosamente en este primer tema apenas se apreciaron problemas de sonido y resultó rotundo y rockero, bastante más que en el disco, algo que pasa con todos los temas de Nexx, como siguen demostrando en todos sus conciertos. Continuaron con “A Good Times Comes”, el primer recuerdo para “Colours” su primer vástago discográfico del que nos regalaron también un buen número de temas. Aquí la cosa ya empezó a sonar algo saturada, aunque sin ser excesivamente molesto; por el mismo camino siguió “Hey Father”, mi tema favorito del último disco y que interpretaron con la fuerza y sentimiento que requiere con su buenísima letra. Se relajaron un poco con la preciosa “Indiference” en la que Patricia volvió a salirse, como en todo el concierto, y a continuación “Like The Poet” que resultó ser la más floja de la noche, creo que se equivocaron al meterle un sonido de guitarra excesivamente saturado y no resultó demasiado bien.
Se empezó a arreglar la cosa con “Caught In A Trap”, con ese sonido a lo Survivor que sí resultó competente en directo, mucho más directa que en el disco, y donde Bernardo se desquitó y empezó a demostrar su tremenda clase y fuerza como guitarrista. Tras esta buena dosis rockera la cosa se puso un poco más tranquila y un poquito pesada, la verdad. “Arches Of Faith”, “One More Day”, “Another Dawn” fueron buenas interpretaciones, pero con menos nivel y garra que el resto. Repuntó la intensidad con la magnífica versión de “Eye In The Sky” de Alan Parsons que ya vienen haciendo hace tiempo y que sonó muy, muy bien, y con “Far Away que fue de las mejores de la noche, sonó compacta y directa, y desde luego muy rockera.
Primera salida de los músicos del escenario para preparar un buenísimo set acústico, que lejos de bajar el tempo resultó interesantísimo; comenzó con Patricia y Bernardo interpretando la preciosa “Shine” con ese aire a lo Mr. Big, me pareció otra de las mejores. Siguieron con mi favorita del grupo, “After The Storm” en este nuevo formato acústico, les quedó muy bien pero me hubiera gustado más que lo hubieran hecho en su versión habitual. El cierre a este set acústico lo puso “Control In My Life” ya con toda la banda sonando en el escenario. Se recuperó la electricidad con “Praying For A Life”, y sobre todo con la súper alegre “Again” con Patricia pandereta en mano y precedida de una buena intro de bajo de Jose, que no fue el único que pudo lucirse ya que todos tuvieron su momento de exhibición individual, incluido el buen solo de batería de Oscar.
En el cierre pre bises siguió la tendencia ascendente, con “Guiding Star” con Bernardo en plan más Malmsteen que nunca con el corte más heavy del último disco y con la buenísima “If You Could Read My Mind”, donde los coros fueron protagonistas, aunque un poco saturados. La vuelta para los bises vino en principio únicamente con Benja y Patri haciendo una preciosa interpretación de “40 Days & 40 Nights”, para dar paso a la traca final con el himno “Separate Ways” de Journey que volvieron a bordar, y con “Remember” más cañera que nunca, incluso con Benja colgándose un teclado de mano al hombro y compartiendo poses rockeras con Jose y Bernardo al frente del escenario. Un buen cierre para una gran actuación, con su cosillas como he comentado antes, y que vuelve a ratificar el gran nivel Nexx que demuestran todo su potencial encima de un escenario, bastante más que en disco. A seguir así.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Diego L. Pérez

Tuesday, October 10, 2006

ROCKZINANTE EXCALIBUR METAL FESTIVAL

30 de septiembre de 2006. Palacio Arzobispal. Alcalá de Henares

Segunda de edición de un festival que intenta llenar el hueco en cuanto este tipo de eventos se refiere en la Comunidad de Madrid. Y la apuesta de este año suponía un salto claro en todos los sentidos respecto al pasado en el que el cartel lo compusieron un número sensiblemente menor de grupos, y además todos ellos nacionales. En esta ocasión además de formaciones patrias, los organizadores apostaron por otras foráneas que abarcaban un amplio espectro en lo que a estilos se refiere, y que sin ningún cabeza de cartel claro como reclamo absoluto, sí mantenía al menos a priori un nivel de calidad y de interés bastante grande y homogéneo para todo tipo de público rockero. Y digo a priori, porque sí hubo quienes cubrieron con una nota más que alta su paso por el festival, pero otros, sobre todo Vixen que fueron la gran decepción, defraudaron a muchos de los asistentes y no alcanzaron el aprobado.

La asistencia, ese es otro de los factores que me pareció más negativo, apenas cuatro mil personas en los picos de mayor afluencia, muchas de ellas de fuera de Madrid, en un recinto que fácilmente podía alojar a más de diez mil almas, por lo que en muchos momentos el panorama era bastante desolador. ¿A que podemos achacar esta escasez de público? Se me ocurren varios factores, el primero y fundamental el no tener un reclamo claro y contundente a nivel de grupo de primerísimo nivel de popularidad (que no necesariamente de calidad mayor de lo que había), ya sea nacional o extranjero, seguro que muchos nombres se nos pueden ocurrir.

Otros factores quizá menos determinantes pero que seguro echaron a más de uno para atrás fueron lo apretado del calendario que se avecina en cuanto a conciertos, el fin de mes con la economía más limitada (aunque desde luego el precio de la entrada no era en absoluto exagerado, 35 euros por todo lo que se ofrecía se me antoja hasta barato), y el hecho de que a varios de los grupos del cartel se les había visto por aquí recientemente o se les verá en breve.
En cuanto a la organización me pareció bastante correcta en general, con algún pero como la escasez de aseos, y destacando sobre todo el magnífico escenario del que pudimos disfrutar músicos y público, tanto en lo referente a espacio como a sonido que fue buenísimo prácticamente en todo momento. Resaltar también lo ajustado de los precios y la rápida atención en las barras, algo que se agradece, más teniendo que estar más de doce horas en un recinto en el que hay que comer y beber en algún momento. A ver si toman nota otros festivales.
¿Y de los grupos qué? Pues como comentaba un poco más arriba, pues casi de todo, aunque la nota media fue bastante alta en general, al menos de lo que yo tuve ocasión de presenciar, ya que llegamos al recinto un poco antes de las cuatro de la tarde y a los que tocaron con anterioridad evidentemente nos los perdimos. Por lo que nos contaron gente que les vieron también un poco de todo, HAMELYN que tenían la difícil papeleta de abrir fuego al medio día parece que aun les queda mucho rodaje que pasar, DRAGONFLY apuntando muy buenas maneras con su hard rock a lo Rata Blanca, SPHINX confirmándose como una de las grandes realidades del metal nacional y SAVAGE CIRCUS mostrándose un tanto irregulares sin la presencia de su alma mater, el ex batería de Blind Guardian Thuomas, pero con Piet Sielk (Iron Savoir) completando una buena actuación.
Vamos con lo que pudimos presenciar. La verdad es que la bienvenida no pudo ser más contundente y arrolladora, a cargo de una formación que en sus discos en estudio, lo poco que he escuchado de ellos, apenas me llaman la atención, pero que en directo me parecieron absolutamente potentes, técnicos y brillantes. Hablo de los alemanes DESTRUCTION, un trío de puro y duro thrash metal de la vieja escuela que sonaron magníficos en sus tres cuartos de hora de actuación y que consiguieron que no perdiera ojo del escenario en una de las actuaciones que en principio tenía marcada como “ver desde la barra”. Del repertorio poco os puedo decir porque apenas conozco su discografía, lo que sí os puedo afirmar es sonaron de escándalo y supieron llevarse a la gente de calle, un mérito más añadido cuando son capaces de engancharte sin conocer casi ninguno de sus temas. Un ejemplo más de por qué el thrash metal me gusta mucho más en directo que en disco, siempre que tenga una calidad aceptable, y que me recordó mucho al caso de Slayer a los que nunca había prestado gran atención hasta que los vi arrasando Villarrobledo en la primera edición del Metalmanía hace unos años. Muy bien por Destruction.
Tras la gran actuación de los alemanes en teoría les correspondía el turno a otro trío, Raven, pero problemas con los vuelos de uno de sus componentes hizo que la historia se retrasara y quedaron para el final del festival. Más adelante os comentaré lo que sucedió con los británicos. Con lo cual se movió el orden de actuación del resto de los grupos y se provocó un parón de más de una hora que enfrió un tanto los ánimos desatados tras el concierto de Destruction.
Pero en esto apareció en escena la indiscutible reina del metal y a su primer movimiento todos quedamos rendidos a sus pies. DORO y sus chicos volvieron a ofrecernos otra gran clase de lo que debe ser un buen concierto de heavy metal. Ya nos gustaron mucho en su reciente visita a la capital en la sala Macumba, pero esta vez volvieron a superarse. Sonando cada vez más compactos, con una formación perfectamente compensada y bien engranada, a pesar de la ausencia del guitarrista Oliver Palotai (que no pudo acudir a la cita y que fue sustituido por el menos brillante Lukas), y escogiendo una vez más un set list previsible pero efectivo como pocos, y con alguna que otra sorpresilla para los más nostálgicos. “Earthshaker Rock” se encargo de poner el punto de partida, mientras “I Rule The Ruins” le secundo magníficamente ya con el público coreando sin parar y con una Doro que no cesó de sonreír en toda su actuación. Sobre todo cuando presentó “You’re My Family” que dedica a todos sus fans a los que considera como su gran familia, y la verdad es que siempre nos trata como tal.Siguió pisando el acelerador a fondo con “Always Live To Win” y con los clásicos de Warlock “Burning The Witches” y “True As Steel” que siempre son bien recibidos. Un pequeño momento de tranquilidad con “Above The Ashes”, pero de nuevo vuelta a la caña con “Metal Racer” que no es habitual ni mucho menos en los conciertos de Doro y que para muchos es uno de sus mejores temas con Warlock (¿verdad Juanma?). Luego un buen solo de batería a cargo del aporreador Johnny Dee que volvió a demostrar su gran nivel, y recta final antes de los bises con “Hellbound” que sonó tremenda, al igual que “Bruning Up” con unos coros sobresalientes. Tiempo para la versión de “Breaking The Law” que ya se está haciendo fija en los sets de la Srta. Pesch como homenaje a su banda favorita, Judas Priest, (ya tenemos algo en común) y que siempre es un placer escucharla y más en directo. El cierre con la inevitable “All We Are” de la que todo el mundo dice estar ya quemado, pero que sigue funcionando a la perfección en directo, y los bises con la potente “Fight” y la menos adecuada “My Majesty” de su último disco “Warrior Soul” que quizá no estaba prevista. En cualquier caso una vez más gran concierto de una mujer que como el buen vino mejora con los años, tanto musical como físicamente, y con una muy buena banda detrás que seguro tienen mucha culpa de su buen sonido en directo.
Y tras el buen sabor de boca que nos dejó Doro, le tocaba el turno a VIXEN. Bueno, más bien a la guitarrista Jan Kuehnemund y tres chicas que le acompañaban haciendo versiones de Vixen, y no demasiado bien por cierto. Una auténtica lástima lo poco que transmitieron estas chicas, sobre todo la vocalista de cuyo nombre no quiero acordarme (me permito la licencia en la tierra de Cervantes) y que apenas pudo cubrir el expediente sin moverse ni dirigirse al público y con una voz ciertamente mucho más limitada y lineal que la de Janet Gardner a la que echamos muchísimo en falta. Al menos la bajista Lynn Louise Lowrey intentó moverse más y animar un poco el cotarro con algo de actitud rockera que desde luego su compañera en la voz no mostró en ningún momento, y la batería Kat cumplió su cometido sin grandes alardes. En cuanto a Jan sigue tocando bastante bien, pero parece que también le costó entrar en calor y dar todo de sí misma, pero sonó muy correctamente.Sobre el repertorio pocas pegas se pueden poner, centrándose en sus dos maravillosos álbumes iniciales y metiendo tres temas de lo que será su nuevo trabajo “Live & Learn” que se supone deberían haber publicado ya. Pero si el repertorio es bueno, pero la interpretación no está a la altura, mal asunto. Estuvo todo muy frío, sobre todo la susodicha cantante Jenna (vale, ya me he acordado del nombre) que aparte de una nula imagen rockera parecía que por momentos le susurraba al micro más que cantar con la energía que merecen temazos como “Love Is A Killer” o “Cryin’” que desde luego en su voz no sonaron como todos hubiéramos querido y supusieron los dos destrozos más grandes de la noche. Por el contrario hubo otros que sí me resultaron mejor, como “Rev It Up”, “Streets In Paradise” o la final “Edge Of A Broken Heart” que nos dejó un mejor regusto, aunque desde luego no sirvió para hacernos olvidar lo soso de la mayoría de la actuación. Temas tan buenos y directos como “I Want You To Rock Me”, “How Much Love” o “Bad Reputation” casi pasaron desapercibidos por su falta de garra en escena, y en cuanto a los nuevos el tema que da título al disco “Live & Learn” me pareció interesante, mientras que los otros dos “Pacifist” y “Anyway” no me dijeron absolutamente nada. En fin, una pena que un mito del hard rock melódico como Vixen vaya arrastrando así su leyenda por los escenarios, ojalá sólo se trate de una mala noche, aunque me da la impresión de que como no vuelvan las originales, al menos Janet, la cosa tiene pinta de tener muy poquito futuro. Una pena.
Nos despejamos un poquito, nos refrescamos y nos dispusimos a presenciar a uno de los platos fuertes de la jornada, sin duda, “La Voz Del Rock”. Mr. GLENN HUGHES volvía a Madrid tras su desafortunada actuación hace unos meses en la capital donde tuvo que abandonar antes de tiempo por un desfallecimiento. Y el británico afincado en Los Ángeles tenía ganas de saldar su deuda con el público madrileño, y a fe que lo hizo, incluido un sentido comunicado en castellano en el que pedía disculpas y agradecía la fidelidad del respetable, y que se encargó de leer una representante de su club de fans.Se desquitó con un concierto lleno de clase y actitud, aunque por momentos algo espeso en cuanto a su set con demasiados temas que la gran mayoría no conocía y que hicieron que muchos en lugar de participar activamente se dedicaran más a ver el enorme nivel técnico de Hughes, tanto con el bajo como con su voz, y de la banda que le acompañaba. Una banda de la que me gustaría destacar además del habitual JJ Marsh en las seis cuerdas (igual de bien lo hace en plan Blakcmore con la fender stratocaster que tirando de vena más bluessy con la gibson les paul), al batería Mark Mondesir, un pedazo de descubrimiento este negrito que me deslumbró con su gran pegada y técnica, y eso que tenía muchas ganas de ver a Chad Smith, pero muy bien lo tendría que haber hecho el de los Chilli Peppers para superarle. Los momentos álgidos vinieron como era previsible con los temas conocidos de Purple, y con las exhibiciones de voz prácticamente a capella en algunos momentos de Hughes, como el caso de “Mistreaded” que fue espeluznante, al igual que la versión de Procol Harum “Whiter Shade Of Pale” que sonó increíble. No les fueron a la zaga “Keep On Movin’”, “Gettin’ Tighter” que volvió a dedicar a su compañero y amigo tristemente desaparecido hace ya unos años Tomy Bolin, y por supuesto “Burn” que nos acabó de poner las pilas en el final del concierto. Los temas nuevos también sonaron muy bien, pero su desconocimiento general hizo que la gente se quedara más parada, aunque piezas como “Orion” o “Monkey Man” tienen muchísimo rollo del que es difícil abstraerse a ellos y nunca pueden pasar desapercibidos. Una nueva lección de la voz, como siempre bien acompañado, pero que quizá en este tipo de festivales se pierda un poco y sea más apropiado para una sala más pequeña, de todas maneras, gran concierto.

Y lo que le pudo faltar de comunicación en algunos momentos a Glenn Hughes con el público, le sobró por todos lados los que a la postre serían para la inmensa mayoría los grandes triunfadores del festival, U.D.O. Y hay que hablar en plural, olvidarse de Accept, y reconocer de una vez por todas que estamos ante una de las mejores y más sólidas formaciones de heavy metal desde hace ya unos años. Udo y sus chicos cada vez van a más, se superan cada vez que les vemos, haciendo siempre casi lo mismo, pero haciéndolo a la perfección (lo mismo que pasa con Doro, o con Saxon). Y encima es que cada vez suenan mejor, perfectamente engarzados, contundentes y limpios como muy pocos.La labor de todos y cada uno de sus integrantes es brillante en escena, desde la locura desatada que representa el magnífico bajista Fitty Wienhold, hasta la solidez de su compañero en la base rítmica Francesco Jovino desde los tambores, pasando por la enorme labor de los guitarristas Igor Gianola y del reconvertido ya hace tiempo Stefan Kaufmann que sigue dando auténticas clases magistrales de actitud metalera junto a su colega Udo que continua siendo el carisma hecho cantante.

Abrieron como lo hacen en su último trabajo, “Mission No. X”, con el tema título y con la impresionante “24/7”, más Accept que algunas de Accept. Desde entonces ya vimos que aquello iba a ser memorable. Sonido perfecto, entrega y química absoluta entre músicos y público, y repertorio sin ningún tipo de fisuras. “The Bullet And The Bomb”, “Restless & Wild” y “Son Of A Bitch”, siguieron la fiesta hasta el cañero solo de guitarra de Igor que dio entrada a “Princess Of The Dawn” con locura absoluta entre la concurrencia, y así hasta el final, sin un momento de respiro, con “Thunderbolt”, “They Want War” donde destacaron como en todo el show los grandiosos coros de Kaufmann y Wienhold, “Animal House” que volvió a sonar tan fiera como de costumbre, las más actuales “Man & Machine” y “Pull The Trigger” y la rotunda final pre bises “Holy”. Bises para los que el personal empezó a corear el comienzo de “Fast A Shark”, pero la obviaron en esta ocasión y cerraron por todo lo alto con dos himnos inmortales del heavy metal como son “Metal Heart” y “Balls To The Wall” y con la rockanrolera “Burning” que acabó de poner aquello patas arriba. Sencillamente, lo mejor del festival y de lo mejor que se puede ver en directo dentro del heavy metal, sin más etiquetas que la calidad, la actitud y la garra. Enormes.
Pasado el huracán U.D.O. el cansancio se iba apoderando de nosotros, y quizá por eso no disfrutamos en toda su intensidad de la actuación de otro de los puntos interesantes del festival. Un músico que seguramente no ha llegado a tener el reconocimiento popular que debiera por su gran calidad como vocalista y por haber participado en algunos grandes trabajos de gente de la talla sobre todo de Black Sabbath, y de otros menos conocidos como Cage o Giuntini Project. Muchos de los que allí esperamos nos quedamos un poco a medias. Cierto es que TONY MARTIN tiene una gran voz, con inevitables referencias a la escuela Dio, y que los músicos que le acompañaron se mostraron muy competentes, sobre todo el espectacular batería Danny Needham y su compañero en los Sabbath Geoff Nichols que desde los teclados también le echó una buena mano con los coros, sobre todo en los tonos más agudos. Los guitarristas también cumplieron bien, el romano Fabio Cerrone y el propio hijo de Martin Joe Harford que ya grabó con él en su último disco en solitario. Y Tony pues cumplió bien, pero no deslumbro, soltó algún que otro gallo y sobre todo creo que, al igual que le pudo pasar a Glenn Hughes en menor medida, no acabó de conectar con la gente, salvo con algún tema de Black Sabbath como “The Lawmaker” o la magnífica “The Headless Cross” que junto con la nueva “Raising Hell” fueron las que más me convencieron, ambas en la recta final de su breve actuación por la premura de tiempo que acuciaba a la organización. Un concierto correcto, pero vuelvo a compararlo con Hughes, mejor para verlo en un recinto más pequeña, y con la voz un poco mejor.
Las tres de la mañana, el cuerpo que ya casi no nos daba más de sí, y había que ver como se arreglaba el desaguisado de RAVEN. Más concretamente del amigo Mark Gallagher que perdió nada menos que tres aviones en su trayecto hasta la capital de España y que fue el único responsable del pequeño desbarajuste final de horarios que nos tocó vivir. Y la verdad, es que entre las prisas porque el Ayuntamiento estaba loco porque nos fuéramos a dormir ya que se había sobrepasado el horario permitido por la autoridad municipal complutense, lo cansado que estaba y lo poco que me gustó la menos de media hora que tuvieron para tocar, podían haberse ahorrado la actuación. Imagino que los fans de Raven, que los había aguantando estoicamente hasta el final, fueron los más decepcionados y que hubieran deseado ver un concierto en condiciones, pero eso no justifica el lanzamiento de piedras que se produjo cuando cortaron por lo sano su actuación, ni de minis cerveza al foso, un de los cuales alcanzó a la cámara fotográfica de nuestro amigo y colaborador de Alianza Diego L. Pérez que en esta ocasión cubría el concierto para RafaBasa.com; un abrazo para Diego y nuestra total repudia para el iluminado lanzador de minis y demás aficionados al lanzamiento de objetos. Estos detalles finales enturbiaron un poco un festival que en líneas generales estuvo bastante bien y que esperemos vuelva a realizarse en futuras ediciones, pero que además de tener que pulir algunos detalles en cuanto a organización, debe tener una mayor respuesta popular para mantenerse y consolidarse como un evento importante en nuestro país. Queremos agradecer a toda la organización sus facilidades y buen trato con nosotros, sobre todo a Isa (Red Sky) y a José (Excalibur) y animarles a que sigan intentándolo el próximo año, desde aquí intentaremos apoyarles en todo lo que nos sea posible.
Nos vemos en el 2008.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Mariano Palomo (excepto Raven, Juanma Martínez)

Wednesday, October 04, 2006

HOUSE OF LORDS / TIGERTAILZ

29 de septiembre de 2006. Sala Copérnico

Volvían a visitarnos en España dos de las bandas que participaron en la edición de este año del Lorca Rock. Una participación que no fue excesivamente lucida en el festival murciano, sobre todo por parte de House Of Lords, y parece que las críticas recibidas al respecto retrajeron a más de uno a la hora de acercarse a la sala de Argüelles donde desarrollaron su actuación. Alrededor de doscientas personas calculo que estaríamos presentes para ver un concierto con el que muchos hubiéramos soñado hace años, pero que por lo visto actualmente queda para unos pocos nostálgicos. Y por lo que pudimos ver, que queréis que os diga, bendita nostalgia, porque el que no fue se lo perdió.

Pero vamos desde el principio. TIGERTAILZ, un grupo tan limitado técnicamente, como entregado y divertido en sus conciertos. Sin casi calidad en sus músicos, con el sonido ciertamente saturado en algunos momentos, y con apenas un disco completo que pase un mínimo nivel de calidad compositiva, estos cuatro galeses fueron capaces de ofrecernos una hora de intenso y divertido hard rock glamoroso que sirvió como buen aperitivo para calentar al personal para el plato fuerte de la noche. Una docena de temas, la mitad de ellos de su álbum más reconocido “Bezerk”, un par de ellos de “Banzai” otro par de su nuevo “Bezerk 2.0” que se supone deberían presentar, y sólo uno de su debut “Yong And Crazy”, fueron suficientes para volver a demostrar todos los extremos que dejaron patentes en el Lorca. Prácticamente el mismo repertorio, actitud igualmente provocadora y entregada, y el único cambio de la entrada del cachas Glen Quinn, sustituyendo al bajo al carismático Pepsi Tate que se perdía una gira del grupo por primera vez en veinte años debido a una afección estomacal. Quinn cumplió su papel y apoyó en los coros al guitarrista Jay Pepper y al vocalista y guitarra rítmica Kim Hooker que se mostraron bastante correctos técnicamente y muy cercanos con la audiencia, posando continuamente.

Abrieron con “Sick Sex”, marcando la tendencia de los siguientes cortes, “Livin’ Without You”, “Love Overload” y “I Can Fight Dirty Too” que hicieron que, sobre todo las primeras filas se movieran a base de bien. Siguieron por el buen camino con “Shoot To Kill” que sonó más contundente y oscura, para posteriormente presentar “Falling Down” de su último trabajo que bajó un poco el nivel de excitación, que se recuperó con “Noize Level Critical” otra de las más aclamadas. La recta final se me hizo un poco más pesada, con temas menos claros, como “Murderess” o “Dirty Needlez”, hasta “Love Bomb Baby” que siempre es una fiesta para cerrar me resultó algo sosa, aunque parezca increíble, me gustó mucho más en Lorca. Se despidieron, cumplieron y creo que tampoco se les puede pedir mucho más.

Y tras una breve espera por fin podíamos ver en Madrid a una de las bandas más elegantes surgidas en el hard rock americano de los 80’s. Con los primeros grabados compases de la intro de “Sahara” empezó casi hora y media de puro deleite musical. He leído en algunos foros quejas de gente que encontraba demasiados elementos pregrabados en la actuación de HOUSE OF LORDS, y sí ciertamente los hubo, sobre todo los teclados ya que Gregg Giufrria sigue en sus tareas empresariales y hace años que no sale de gira, y en algunos coros. Pero que queréis que os diga, prefiero mil veces escuchar los teclados grabados a no escucharlos, por lo menos en grupos como este en los que son fundamentales. Los eché mucho de menos en Lorca y en está ocasión sonaron perfectamente empastados con la música en directo de la banda que sonó brutal. Alguno me dijo que le sonaron muy duros, yo creo que lo que sonaron fue muy potentes y muy nítidos.

Con un Jimi Bell en la guitarra que consigue impresionarme nota tras nota, con Chris Macvill que es un espectáculo con su bajo y con sus enormes coros, con un BJ Zampa lleno de sobriedad y contundencia sobresaliente en la batería, y sobre todo, con un James Christian que sencillamente lo bordó, ¡Qué maravilla de voz!, potente y melódica como pocas y transmitiendo con un feeling enorme. En cuanto al repertorio fue ciertamente acertado, recordando en gran medida su obra maestra homónima con cortes tan maravillosos como “I Wanna Be Loved”, “Slip Of The Tongue” que sonó cañerísima, la enorme balada “Love Don’t Lie” que me puso los pelos de punta tanto por la voz de Christian como por el enorme solo de Bell o la grandiosa “Pleasure Palace” que resultó magistral. De sus otros trabajos anteriores rescataron la mencionada “Sahara” perfecta para abrir fuego, el medio tiempo “Can’t Find My Way Home” del mismo trabajo que también sonó fantástica con James Christian tirando de guitarra acústica, o la más cañera “Talkin’ Bout Love” de su más olvidado “Demons Down”.
Por supuesto lo que no olvidaron fue su último gran trabajo “World Upside Down” del que interpretaron en mi opinión sus mejores temas, las más rockeras y guitarreras “I’m Free” y “Rock Botton” que si ya son buenas en disco en directo ganan una barbaridad, con una garra y un rollo increíbles; no se quedaron atrás las más melódicas “These Are The Times” hit single perfecto, “All The Way To Heaven” llena de feeling, y sobre todo mi corte favorito de su último disco, “S.O.S. In America” que maravilla de tema y como me gustó que lo incluyeran en el repertorio. Alguno dirá que estoy exagerando, que si con tanto grabado ya podrán, que si Christian está gordo, pero la verdad es que a mi lo realmente importante que es la calidad de los músicos y lo que fueron capaces de transmitirme hizo que disfrutara enormemente y que me pareciera un conciertazo. Ojalá sigan por el mismo camino, tanto en disco como en directo.
Mariano Palomo