BARÓN ROJO / LUJURIA
23 de Agosto de 2007. Recinto Ferial de las Fiestas de Bilbao
Quizá resulte un poco extraño que BARON ROJO se fuera a Bilbao a grabar el DVD en directo que conmemorará, con dos años de retraso, sus bodas de plata en el candelero. Casi todo el mundo registra en Madrid sus grabaciones en vivo, y con este egocentrismo que, a veces inconscientemente, tenemos en la capital, puede resultarnos difícil de entender que alguien rompa con esta costumbre tan extendida. Después de lo visto, y como vamos a detallar, creo que la elección fue bastante más que merecida.
Para empezar, no se escatimaron los medios. Un escenario inmenso, y un equipo de sonido tremendo y unas luces maravillosas. Ya lo veréis, ya. La única “pega” es que, al ser al aire libre, la lluvia que durante esos días atacó incesantemente la zona hacía peligrar todo. El fantasma de la suspensión amenazó hasta el último momento. El escenario, aunque cubierto, no estaba preparado para tal cantidad de agua, y en cuanto al público, mejor ni hablar.
Cuando llegamos nos quedamos sorprendidos, aparte de por el montaje que ya hemos dicho, de por la cantidad de gente que había allí desafiando a la lluvia. Lo menos había 5.000 personas, posiblemente más. Y no habían llegado de golpe, algunos llevaban horas aguantando la lluvia intermitente.
Pasaban cinco minutos de las doce de la noche cuando los LUJURIA comenzaron con “Dejad que los Niños Se Acerquen a Mí”. En ese momento la lluvia era fina y soportable. Aunque sólo tuvieron 40 minutos en los que cayeron ocho canciones, los segovianos fueron a por todas. Óscar siempre es un especialista en animar a la gente, pero esta noche estaba motivadísimo. Demostrando una humildad sorprendente, no perdieron ocasión para repetir, tanto en público como en privado, su gratitud hacia Barón Rojo por haberles permitido compartir un momento tan señalado. Óscar no dejó de insistir al público para que apoyara a muerte a los Barones cuando llegara su turno. Insistieron hasta la saciedad en que se sintieron unos privilegiados. De haberle hecho caso, la gente debería haber guardado sus fuerzas para los barones, pero hicieron todo lo contrario. Se volcaron con Lujuria, y sin duda su admirable actitud tuvo mucho que ver. Sonaron “Yekyll y Mrs. Hyde”, la genial “Ojos de Presa”, la legendaria “Estrella del Porno”, “Traidores y Criminales”, “Merece la Pena”, “Corazón de Heavy Metal” y “Joda a quien Joda”.
Apenas terminaron los lujuriosos, tuvo lugar uno de los momentos más conflictivos de toda la noche. La lluvia empezó a tomar fuerza, y todos temimos que suspender era inevitable. Pero ocurrió que los bilbaínos demostraron que su elección para grabar el DVD no había sido un error. Pese a que la tormenta arreciaba, nadie se marchó. No pude ver ni uno solo que se largara. Con capuchas, gorras, chubasqueros, incluso paraguas, y con simplemente cojones aquellos que carecían de protección, todos aguantaron estoicamente la tempestad. Pasaban los minutos y aquello no mejoraba, seguir haciendo esperar a la gente por si había mejoría era una inhumana crueldad, así que a las 01:10 los Barones tiraron por la calle del medio y salieron a tocar, abriendo con “Al Final Perderán”. Las condiciones climatológicas no podían enmascarar un sonido inmejorable, incluso la voz de Carlos, que más de una vez se ha oído más baja de lo deseable, se entendía a la perfección. Pero lo mejor estaba por venir. En el segundo tema, “Barón Rojo”, la lluvia empezó a remitir. Para alivio de todos, desapareció por completo. Aunque ocasionalmente volvió a chispear en algunos momentos de la actuación, lo peor ya había pasado. Según Manowar, Thor es un dios metálico, y debe de ser verdad. La primera parte del concierto fue impecable, alternando clásicos como “Desertores del Rock”, “Larga Vida al Rock And Roll” o “Incomunicación” con composiciones de “Últimasmentes”, como “Hombre de las Cavernas” o “Caballo Desbocado”. Pero tras “Satánico Plan (Volumen Brutal)” volvimos a tener otro percance, cuando ocurrió algo tan poco frecuente como la rotura del pedal de la batería. Con José Martos fuera de combate, había que mantener al público caliente, así que Carlos, Ángel y Armando se curraron sin tambores una versión del “Crossroads”, que ya metieron en su LP “Perversiones”. Mientras seguía la reparación, Armando emprendió un largo y excelente solo, que finalizó con “Little Wing” de Hendrix. Solventado el incidente, la banda se metió de lleno en “Vampiros y Banqueros”, que llevaban sin tocar más de quince años. La ocasión requería un recorrido por la historia de la banda, y con ese objeto recuperaron otras piezas que habían sido injustamente sacadas del repertorio, como “Fronteras”. También el disco “Arma Secreta” tuvo su representación con “Bajo Tierra”, en la que, curiosamente, Carlos sufrió un lapsus con la letra. Por supuesto que no faltaron temas habituales, como “Hermano del Rock And Roll” o “Cueste lo que Cueste”. Justo antes de “Concierto Para Ellos” Armando tuvo que improvisar otro solo, el pedal volvió a hacer de las suyas, pero no fue ya nada importante. “Cuerdas de Acero”, “También por Tí” y “Con Botas Sucias” nos encaminaron a la recta final. “Los Rockeros Van al Infierno” contó con su habitual medley de Deep Purple y AC/DC. Quizá habría sido buena idea hacer algo diferente, pero cuando ves a las tres y media de la madrugada a todo el público botando como posesos con “Highway To Hell”, te das cuenta de que no hay más remedio que seguir con una costumbre que funciona así de bien. Como aspecto novedoso, al volver a utilizar el castellano, el tema finaliza con Carlos y Armando cantando a dúo. Llega el bis, “Nada que Hablar” da paso a la siempre ansiada “Hijos de Caín” y a la explosiva “Resistiré”. ¿Por fin se acaba? No. Para una ocasión como esta, y después de lo que la gente de Bilbao ha soportado, sólo se puede acabar dedicándoles “Siempre Estás Allí”. Después de dos horas con 55 minutos, sin duda Carlos, José, Ángel y Armando debieron respirar tranquilos pensando que bien está lo que bien acaba. La sucesión se complicaciones e imprevistos no ha podido con ellos. La brutal tromba de agua que sorpresivamente aconteció un cuarto de hora después ya no importó a nadie. Bien por Barón Rojo. Y, sobre todo, bien por Bilbao.
Quizá resulte un poco extraño que BARON ROJO se fuera a Bilbao a grabar el DVD en directo que conmemorará, con dos años de retraso, sus bodas de plata en el candelero. Casi todo el mundo registra en Madrid sus grabaciones en vivo, y con este egocentrismo que, a veces inconscientemente, tenemos en la capital, puede resultarnos difícil de entender que alguien rompa con esta costumbre tan extendida. Después de lo visto, y como vamos a detallar, creo que la elección fue bastante más que merecida.
Para empezar, no se escatimaron los medios. Un escenario inmenso, y un equipo de sonido tremendo y unas luces maravillosas. Ya lo veréis, ya. La única “pega” es que, al ser al aire libre, la lluvia que durante esos días atacó incesantemente la zona hacía peligrar todo. El fantasma de la suspensión amenazó hasta el último momento. El escenario, aunque cubierto, no estaba preparado para tal cantidad de agua, y en cuanto al público, mejor ni hablar.
Cuando llegamos nos quedamos sorprendidos, aparte de por el montaje que ya hemos dicho, de por la cantidad de gente que había allí desafiando a la lluvia. Lo menos había 5.000 personas, posiblemente más. Y no habían llegado de golpe, algunos llevaban horas aguantando la lluvia intermitente.
Pasaban cinco minutos de las doce de la noche cuando los LUJURIA comenzaron con “Dejad que los Niños Se Acerquen a Mí”. En ese momento la lluvia era fina y soportable. Aunque sólo tuvieron 40 minutos en los que cayeron ocho canciones, los segovianos fueron a por todas. Óscar siempre es un especialista en animar a la gente, pero esta noche estaba motivadísimo. Demostrando una humildad sorprendente, no perdieron ocasión para repetir, tanto en público como en privado, su gratitud hacia Barón Rojo por haberles permitido compartir un momento tan señalado. Óscar no dejó de insistir al público para que apoyara a muerte a los Barones cuando llegara su turno. Insistieron hasta la saciedad en que se sintieron unos privilegiados. De haberle hecho caso, la gente debería haber guardado sus fuerzas para los barones, pero hicieron todo lo contrario. Se volcaron con Lujuria, y sin duda su admirable actitud tuvo mucho que ver. Sonaron “Yekyll y Mrs. Hyde”, la genial “Ojos de Presa”, la legendaria “Estrella del Porno”, “Traidores y Criminales”, “Merece la Pena”, “Corazón de Heavy Metal” y “Joda a quien Joda”.
Apenas terminaron los lujuriosos, tuvo lugar uno de los momentos más conflictivos de toda la noche. La lluvia empezó a tomar fuerza, y todos temimos que suspender era inevitable. Pero ocurrió que los bilbaínos demostraron que su elección para grabar el DVD no había sido un error. Pese a que la tormenta arreciaba, nadie se marchó. No pude ver ni uno solo que se largara. Con capuchas, gorras, chubasqueros, incluso paraguas, y con simplemente cojones aquellos que carecían de protección, todos aguantaron estoicamente la tempestad. Pasaban los minutos y aquello no mejoraba, seguir haciendo esperar a la gente por si había mejoría era una inhumana crueldad, así que a las 01:10 los Barones tiraron por la calle del medio y salieron a tocar, abriendo con “Al Final Perderán”. Las condiciones climatológicas no podían enmascarar un sonido inmejorable, incluso la voz de Carlos, que más de una vez se ha oído más baja de lo deseable, se entendía a la perfección. Pero lo mejor estaba por venir. En el segundo tema, “Barón Rojo”, la lluvia empezó a remitir. Para alivio de todos, desapareció por completo. Aunque ocasionalmente volvió a chispear en algunos momentos de la actuación, lo peor ya había pasado. Según Manowar, Thor es un dios metálico, y debe de ser verdad. La primera parte del concierto fue impecable, alternando clásicos como “Desertores del Rock”, “Larga Vida al Rock And Roll” o “Incomunicación” con composiciones de “Últimasmentes”, como “Hombre de las Cavernas” o “Caballo Desbocado”. Pero tras “Satánico Plan (Volumen Brutal)” volvimos a tener otro percance, cuando ocurrió algo tan poco frecuente como la rotura del pedal de la batería. Con José Martos fuera de combate, había que mantener al público caliente, así que Carlos, Ángel y Armando se curraron sin tambores una versión del “Crossroads”, que ya metieron en su LP “Perversiones”. Mientras seguía la reparación, Armando emprendió un largo y excelente solo, que finalizó con “Little Wing” de Hendrix. Solventado el incidente, la banda se metió de lleno en “Vampiros y Banqueros”, que llevaban sin tocar más de quince años. La ocasión requería un recorrido por la historia de la banda, y con ese objeto recuperaron otras piezas que habían sido injustamente sacadas del repertorio, como “Fronteras”. También el disco “Arma Secreta” tuvo su representación con “Bajo Tierra”, en la que, curiosamente, Carlos sufrió un lapsus con la letra. Por supuesto que no faltaron temas habituales, como “Hermano del Rock And Roll” o “Cueste lo que Cueste”. Justo antes de “Concierto Para Ellos” Armando tuvo que improvisar otro solo, el pedal volvió a hacer de las suyas, pero no fue ya nada importante. “Cuerdas de Acero”, “También por Tí” y “Con Botas Sucias” nos encaminaron a la recta final. “Los Rockeros Van al Infierno” contó con su habitual medley de Deep Purple y AC/DC. Quizá habría sido buena idea hacer algo diferente, pero cuando ves a las tres y media de la madrugada a todo el público botando como posesos con “Highway To Hell”, te das cuenta de que no hay más remedio que seguir con una costumbre que funciona así de bien. Como aspecto novedoso, al volver a utilizar el castellano, el tema finaliza con Carlos y Armando cantando a dúo. Llega el bis, “Nada que Hablar” da paso a la siempre ansiada “Hijos de Caín” y a la explosiva “Resistiré”. ¿Por fin se acaba? No. Para una ocasión como esta, y después de lo que la gente de Bilbao ha soportado, sólo se puede acabar dedicándoles “Siempre Estás Allí”. Después de dos horas con 55 minutos, sin duda Carlos, José, Ángel y Armando debieron respirar tranquilos pensando que bien está lo que bien acaba. La sucesión se complicaciones e imprevistos no ha podido con ellos. La brutal tromba de agua que sorpresivamente aconteció un cuarto de hora después ya no importó a nadie. Bien por Barón Rojo. Y, sobre todo, bien por Bilbao.
Texto: Nacho Jordán
Fotos: Víctor Rodriguez (www.baronrojo.net)
Fotos: Víctor Rodriguez (www.baronrojo.net)
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