SAXON / MASTERPLAN
23 de marzo 2007. Sala Macumba
Comenzaba este intensísimo fin de semana rockero con un más que interesante programa doble en el que se juntaban en un mismo cartel una de las mayores leyendas del heavy metal británico y una de las formaciones que mejor están funcionando últimamente entre el público metalero. Los chicos de MASTERPLAN eran los encargados de abrir fuego a eso de las 8:30 de la tarde ante una sala aun con huecos y quizá con un público no excesivamente receptivo a la banda. Una auténtica lástima, más teniendo en cuenta el poquísimo tiempo del que dispusieron para intentar ganarse a la gente con sus buenos temas, no creo que llegara a 40 minutos. Aunque por otro lado tampoco es que el grupo tuviera su día más lucido en lo que a elección del set e interpretación del mismo se refiere. Además había curiosidad por ver como responderían en directo ante el reto sus dos nuevos músicos, el vocalista Mike Di Meo (ex Riot) que tenía la complicadísima labor de sustituir al inmenso Jorn Lande, y el batería Mike Terrana que no tiene absolutamente nada que demostrar y al que me pareció que el grupo se le quedaba un poco pequeño y abarcó mucho protagonismo en su actuación. Por otra parte el resto de la banda cumplió bien su labor, sobre todo el guitarrista y líder Roland Grapow que llevó siempre el mando con buenos y convincentes riffs, pero que no acabó de conectar con el teclista Axel Mackenrott y con el bajista Jan Eckert. Empezaron bastante bien con dos de sus mejores temas de su primera y gran ópera prima homónima, caso de “Spirit Never Dies” y “Enlighten Me”, en ambas Di Meo se defendió bien, pero no le daba a los temas ese punto de dramatismo e intensidad que Jorn aporta a sus interpretaciones. Continuaron con dos temas de su nuevo trabajo “MKII” que fueron los únicos que cayeron de él, cuando se supone que venían presentándolo y más con la nueva formación, los elegidos fueron “Take Me Over” que sonó bastante bien y el primer single “Lost And Gone”, bien acogida y sonando más potente que en estudio. Volvieron a su primer trabajo para la parte final del show, con tres de sus interesantes composiciones, “Crystal Night” y “Soulburn” que me parecieron bastante normalitas en directo y en las que más eché en falta a Jorn, y cerraron definitivamente con el efectista solo de batería de Terrana que por momentos parecía que iba a tirar las paredes de la sala a baquetazos, y con una interesante “Kind Hearted Light” con la que se despidieron de un público que me da la impresión que se quedó bastante a medias. Por varias razones: 1º Por el poco tiempo que dispusieron de actuación, 2º Por el exceso de protagonismo de Terrana, comiéndose en buena medida al resto de la banda, 3º Por olvidarse por completo de un buen disco como “Aeronautics” del que no interpretaron ni un solo tema, 4º Y sobre todo porque Di Meo no lo hizo mal, pero se echa bastante de menos a Jorn Lande. Habrá que esperar a que el grupo logre un mayor rodaje y que vuelvan a pasarse por aquí como cabezas de cartel. Asignatura pendiente.Y ya con la sala completamente abarrotada, llena de fieles fans del heavy metal de toda la vida, empezaron a sonar las notas de la intro que abre el nuevo y magnífico trabajo de SAXON, “The Inner Sanctum”. Con un ambiente propicio, los ingleses siempre juegan en casa en Madrid, una buena ambientación y puesta en escena con un telón de la portada del disco en el fondo del escenario, unas bonitas luces y un montón de humo, aparecieron en escena los cinco monstruos que siguen manteniendo la leyenda sajona más viva que nunca. Y es que con este último disco y el anterior “Lionheart” y con la vuelta a la formación del batería Nigel Glockler parece que han recobrado nuevos bríos y el reconocimiento de unos fans que nunca les hemos olvidado, pero que ahora estamos más identificados que nunca con la banda. Con un Byfford enorme, carisma, clase, potencia, sentido del humor, y encima cantando como casi nunca le había visto, impresionante lo del abuelo; bien secundado por su inseparable Paul Quinn que sigue siendo la sobriedad personificada en la guitarra junto a un activo y brillante Doug Scarratt, al incansable “hombre molinillo” Nibbs Carter que no paró de menearse aprovechando sin parar de subir y bajar las rampas que tenía a los lados de la batería del gran Nigel que sin ser Terrana se marcó toda una demostración de técnica y pegada en las dos horas largas que nos ofrecieron de actuación. Como comentaba antes venían presentando su nuevo disco, y a fe que lo hicieron, no como Masterplan, lo interpretaron prácticamente de manera íntegra y me encantó como sonaron los temas nuevos en directo, poderosos, pegadizos, buenísimos, sobre todo las iniciales “State Of Grace” y la potentísima “Let Me Feel Your Power” que todavía tengo metida en la cabeza. No se quedaron atrás por supuesto los clásicos que siempre nos ponen las pilas, desde “Power And The Glory”, hasta un magnífico medley con “Dallas 1 P.M.”, “And The Band Played On” y “747 Strangers In The Night”, pasando por himnos como “Princess Of The Night”, “Strong Arm Of The Law” o “Motorcycle Man” que nunca me cansaré de escuchar, “To Hell And Back Again” llena de poderío (a ver si algún día sacan el DVD del mismo título como dijo Biff), o el magnífico recuerdo para otra también menos habitual en directo como “Requiem (We Will Remember)” que fue una de las más celebradas por los asistentes, al igual que la inevitable “Crusader” que volvió a hacernos cantar como posesos, y a todo esto con un sonido espectacular duro y limpio como pocas veces se ha escuchado en Macumba. Completaron el repertorio con otras algo menos populares de su época intermedia, como “Are We Travellers In Time” o “The Great Wite Buffalo” que en cualquier caso también obtuvieron una satisfactoria respuesta, al igual que la más reciente “Witchfinder General” de “Lionheart” (que siempre presentan como el momento de relax cuando roza el speed), y el resto de las nuevas que sonaron, el single “If I Was You” mucho mejor que en le disco con un punto más de agresividad, la preciosa “Red Star Falling” llena de rollo y feeling para ser un medio tiempo y que supieron ambientar perfectamente con unos sugerentes focos rojos, y con la que cerraron antes de los bises “I’ve Got To Rock (To Stay Alive)” que lleva camino de convertirse en todo himno entre los fieles del grupo. Volvieron con la épica “Atila The Hun” precedida por la intro “Empire Rising” que lleva un rollo a lo “Crusader” muy interesante y que también gustó en general para rematarnos, tras algunos de los clásicos mencionados antes, con la gloriosa “Wheels Of Steel” en la que todos, salvo Byfford, acabamos de dejarnos la poca garganta que nos quedaba. Toda una lección magistral de lo que debe ser un concierto de heavy metal, desde luego si alguien tiene alguna duda de lo que significa este género y esta forma de ser que se pase un día por un concierto de Saxon, seguro que se le quitan todas las dudas. Grandes, muy grandes.
Comenzaba este intensísimo fin de semana rockero con un más que interesante programa doble en el que se juntaban en un mismo cartel una de las mayores leyendas del heavy metal británico y una de las formaciones que mejor están funcionando últimamente entre el público metalero. Los chicos de MASTERPLAN eran los encargados de abrir fuego a eso de las 8:30 de la tarde ante una sala aun con huecos y quizá con un público no excesivamente receptivo a la banda. Una auténtica lástima, más teniendo en cuenta el poquísimo tiempo del que dispusieron para intentar ganarse a la gente con sus buenos temas, no creo que llegara a 40 minutos. Aunque por otro lado tampoco es que el grupo tuviera su día más lucido en lo que a elección del set e interpretación del mismo se refiere. Además había curiosidad por ver como responderían en directo ante el reto sus dos nuevos músicos, el vocalista Mike Di Meo (ex Riot) que tenía la complicadísima labor de sustituir al inmenso Jorn Lande, y el batería Mike Terrana que no tiene absolutamente nada que demostrar y al que me pareció que el grupo se le quedaba un poco pequeño y abarcó mucho protagonismo en su actuación. Por otra parte el resto de la banda cumplió bien su labor, sobre todo el guitarrista y líder Roland Grapow que llevó siempre el mando con buenos y convincentes riffs, pero que no acabó de conectar con el teclista Axel Mackenrott y con el bajista Jan Eckert. Empezaron bastante bien con dos de sus mejores temas de su primera y gran ópera prima homónima, caso de “Spirit Never Dies” y “Enlighten Me”, en ambas Di Meo se defendió bien, pero no le daba a los temas ese punto de dramatismo e intensidad que Jorn aporta a sus interpretaciones. Continuaron con dos temas de su nuevo trabajo “MKII” que fueron los únicos que cayeron de él, cuando se supone que venían presentándolo y más con la nueva formación, los elegidos fueron “Take Me Over” que sonó bastante bien y el primer single “Lost And Gone”, bien acogida y sonando más potente que en estudio. Volvieron a su primer trabajo para la parte final del show, con tres de sus interesantes composiciones, “Crystal Night” y “Soulburn” que me parecieron bastante normalitas en directo y en las que más eché en falta a Jorn, y cerraron definitivamente con el efectista solo de batería de Terrana que por momentos parecía que iba a tirar las paredes de la sala a baquetazos, y con una interesante “Kind Hearted Light” con la que se despidieron de un público que me da la impresión que se quedó bastante a medias. Por varias razones: 1º Por el poco tiempo que dispusieron de actuación, 2º Por el exceso de protagonismo de Terrana, comiéndose en buena medida al resto de la banda, 3º Por olvidarse por completo de un buen disco como “Aeronautics” del que no interpretaron ni un solo tema, 4º Y sobre todo porque Di Meo no lo hizo mal, pero se echa bastante de menos a Jorn Lande. Habrá que esperar a que el grupo logre un mayor rodaje y que vuelvan a pasarse por aquí como cabezas de cartel. Asignatura pendiente.Y ya con la sala completamente abarrotada, llena de fieles fans del heavy metal de toda la vida, empezaron a sonar las notas de la intro que abre el nuevo y magnífico trabajo de SAXON, “The Inner Sanctum”. Con un ambiente propicio, los ingleses siempre juegan en casa en Madrid, una buena ambientación y puesta en escena con un telón de la portada del disco en el fondo del escenario, unas bonitas luces y un montón de humo, aparecieron en escena los cinco monstruos que siguen manteniendo la leyenda sajona más viva que nunca. Y es que con este último disco y el anterior “Lionheart” y con la vuelta a la formación del batería Nigel Glockler parece que han recobrado nuevos bríos y el reconocimiento de unos fans que nunca les hemos olvidado, pero que ahora estamos más identificados que nunca con la banda. Con un Byfford enorme, carisma, clase, potencia, sentido del humor, y encima cantando como casi nunca le había visto, impresionante lo del abuelo; bien secundado por su inseparable Paul Quinn que sigue siendo la sobriedad personificada en la guitarra junto a un activo y brillante Doug Scarratt, al incansable “hombre molinillo” Nibbs Carter que no paró de menearse aprovechando sin parar de subir y bajar las rampas que tenía a los lados de la batería del gran Nigel que sin ser Terrana se marcó toda una demostración de técnica y pegada en las dos horas largas que nos ofrecieron de actuación. Como comentaba antes venían presentando su nuevo disco, y a fe que lo hicieron, no como Masterplan, lo interpretaron prácticamente de manera íntegra y me encantó como sonaron los temas nuevos en directo, poderosos, pegadizos, buenísimos, sobre todo las iniciales “State Of Grace” y la potentísima “Let Me Feel Your Power” que todavía tengo metida en la cabeza. No se quedaron atrás por supuesto los clásicos que siempre nos ponen las pilas, desde “Power And The Glory”, hasta un magnífico medley con “Dallas 1 P.M.”, “And The Band Played On” y “747 Strangers In The Night”, pasando por himnos como “Princess Of The Night”, “Strong Arm Of The Law” o “Motorcycle Man” que nunca me cansaré de escuchar, “To Hell And Back Again” llena de poderío (a ver si algún día sacan el DVD del mismo título como dijo Biff), o el magnífico recuerdo para otra también menos habitual en directo como “Requiem (We Will Remember)” que fue una de las más celebradas por los asistentes, al igual que la inevitable “Crusader” que volvió a hacernos cantar como posesos, y a todo esto con un sonido espectacular duro y limpio como pocas veces se ha escuchado en Macumba. Completaron el repertorio con otras algo menos populares de su época intermedia, como “Are We Travellers In Time” o “The Great Wite Buffalo” que en cualquier caso también obtuvieron una satisfactoria respuesta, al igual que la más reciente “Witchfinder General” de “Lionheart” (que siempre presentan como el momento de relax cuando roza el speed), y el resto de las nuevas que sonaron, el single “If I Was You” mucho mejor que en le disco con un punto más de agresividad, la preciosa “Red Star Falling” llena de rollo y feeling para ser un medio tiempo y que supieron ambientar perfectamente con unos sugerentes focos rojos, y con la que cerraron antes de los bises “I’ve Got To Rock (To Stay Alive)” que lleva camino de convertirse en todo himno entre los fieles del grupo. Volvieron con la épica “Atila The Hun” precedida por la intro “Empire Rising” que lleva un rollo a lo “Crusader” muy interesante y que también gustó en general para rematarnos, tras algunos de los clásicos mencionados antes, con la gloriosa “Wheels Of Steel” en la que todos, salvo Byfford, acabamos de dejarnos la poca garganta que nos quedaba. Toda una lección magistral de lo que debe ser un concierto de heavy metal, desde luego si alguien tiene alguna duda de lo que significa este género y esta forma de ser que se pase un día por un concierto de Saxon, seguro que se le quitan todas las dudas. Grandes, muy grandes.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Rafa Basa (www.rafabasa.com) y Jesús Ruiz
Fotos: Rafa Basa (www.rafabasa.com) y Jesús Ruiz
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