Friday, December 23, 2005

THUNDER + DARK SKY

17 de Diciembre de 2005. Columbia Club. Berlín (Alemania)

Esta no va a ser una crónica al uso. No se va a centrar en el set list que interpretaron las bandas, en la cantidad de solos o en el volumen de los instrumentos. Esta crónica va a centrarse más en los sentimientos, las sensaciones y las vivencias que un servidor experimentó en Berlín al lado de mi compañero en Alianza y sobre todo amigo Juanma Martínez (gracias, te debo un pelotazo). Junto a un puñado de buenos colegas nos liamos la manta a la cabeza, nos cogimos un avión y nos pegamos un fin de semana espectacular en tierras teutonas.
Llegamos al Columbia Club treinta minutos antes de la hora de comienzo del show, y lo primero que me llamó la atención fue el reducido aforo del local, para no más de cuatrocientas o quinientas personas, cuando en algunas páginas de internet lo anunciaban como un recinto para dos mil???; pero sin embargo nada más llegar observamos la gran organización de los encargados del evento, ni una pega a la hora de canjear los tickets adquiridos por internet, un amplio hall con su ropero perfectamente habilitado, buenos servicios, amabilidad del personal, precios asequibles, todo bien. El recinto en sí, para hacernos una idea, estaba dispuesto en una suave rampa desde la puerta hasta el escenario, como un cine antiguo reformado, similar a como está dispuesto el suelo en Macumba, con lo que la visibilidad era perfecta desde cualquier lugar. El escenario no era muy ancho, algo más que el de Caracol, pero sí mucho más profundo y con unas estructuras perfectas para las luces.

Datos técnicos aparte, supuso para mí una pequeña decepción ver la escasa asistencia de público al concierto, sobre todo al principio, no más de cien almas cuando saltaron a escena Dark Sky, luego se fue llenando progresivamente hasta llegar a los trescientos asistentes. Por lo que se ve la crisis del rock acecha también a Alemania. Y en cuanto a entrega y animación están a años luz del público español, salvo honrosas excepciones como nuestros buenos amigos polacos Tomas y Stephan que conocimos aquella noche, y que se desplazaron desde su ciudad, Cracovia, para asistir al concierto, y a los que desde aquí enviamos un fuerte abrazo. Bueno, ya está bien de charla sentimentaloide y preámbulos de exaltación de la amistad, vamos a las actuaciones, que para eso es para lo que fuimos.
Los chicos de DARK SKY supuestamente jugaban en casa, aunque no fueran de Berlín, y por lo que se ve no tenían demasiados seguidores, además de novias, colegas y poco más con los que estuvimos compartiendo también un buen rato. Pero a pesar de ello parece que no les importó en absoluto y se entregaron a tope con los que seguíamos atentamente su actuación.
Para el público español Dark Sky no es una banda demasiado conocida, más bien muy poco conocida, pero estoy seguro que si por alguna de estas azarosas circunstancias que se dan de cuando en cuando cayeran por nuestro país, acabarían arrastrando a un buen número de fieles. Se marcaron un gran concierto de hard rock melódico, enérgico, lleno de matices con estribillos pegadizos que se acaban cantando aunque no se hubieran escuchado nunca los temas, y con una gran calidad en la ejecutoria de los músicos del grupo.

Basados en la espectacular pegada del batería Uwe Mayer, que parecía un clon de Mickey Dee, y que fue el más destacado, (sí, sí, el batería el más destacado en un grupo de Hard melódico) apoyado por el correcto bajista Winny Zurekk; secundados por una buena voz muy a lo Klaus Lesmann de Frank Breuninger, bien arropada por los coros del excéntrico guitarrista Stefen Doll (que parecía un cruce entre el cantante y guitarrista de Green Day y los Beach Boys, eso sí, tocando bastante mejor que el amigo B.J. Amstrong) y del buen teclista italo-germano Claudio Nobile, que también apoyó mucho en los coros.
En cuanto a los temas sonaron mucho a las bandas que hemos tenido ocasión de ver en festivales Gods of AOR de Inglaterra, tipo Newman o Norway, y con el toque germano de los Bonfire más melódicos, pero con una gran dosis de pegada, lo que una vez más me hacer hablar de mis sentimientos que me llevaron a aquellos fantásticos festivales británicos. Basaron el repertorio en su tercer y último trabajo hasta la fecha, “Living & Dying” que presentaban para la ocasión, con cortes realmente notables como el tema título, las súper pegadizas “Save Our Souls”, “Cute Little Lies” o “Play The Game”, acompañadas de algunas anteriores como la brillante “Bartimaeus” o la buenísima “Judgement Day”. Casi una hora de magnífico aperitivo para el plato fuerte de la noche.Tras alguna que otra cerveza más, con el tiempo justo para cambiar el equipo, (batería completa incluida), empezó a sonar enlatada la archifamosa música country del anuncio de Marlboro como alusión al aire western que han querido darle a su último trabajo los protagonistas de la noche, los británicos THUNDER. Una banda que tuvo su merecidísimo reconocimiento a principios de los 90s con sus dos primeros álbumes, y que luego incomprensiblemente han quedado en una banda de culto, cuando han tocado en sitios como Donington o el Hammersmith Odeon. Pero en fin, ya sabemos todos lo que pasó con el gusto del público a mediados de los 90s y con la actitud de muchas bandas; lo del público por desgracia es muy difícil de recuperar en toda su dimensión, pero afortunadamente aun hay bandas en la brecha, como la que nos ocupa, que siguen dando todo el buen hard rock que llevan dentro y publicando interesantísimos trabajos a pesar del paso del tiempo. Al ser la primera vez que les veía en directo y por lo expuesto anteriormente en cuanto al paso del tiempo, tenía un cierto temor de cómo iban a responder; pero desde el primer guitarrazo con flying V roja de Luke Morley todos mis temores quedaron atrás y disfruté como un poseso de una enorme actuación de una banda con tablas, calidad, carisma, entrega, en fin, podría tirarme así un buen rato y tampoco es plan. Ya he mencionado al Señor Morley, y lo hago en primer lugar porque es el que más me llamó la atención del grupo, el auténtico líder además de compositor principal y director de esta perfecta orquesta que es Thunder, desprende feeling y calidad en cada una de las notas de su guitarra, entregándose de principio a fin. Tampoco le anda a la zaga Ben Mathews, que además de apoyarle perfectamente con su guitarra también se encarga de los teclados, aunque no demasiado en este concierto. El bajista Chris Child pone la sobriedad como contrapunto a la locura del batería Harry James, ¡madre mía como está de colgao el amigo!, eso sí, tocando los dos muy bien. Pero claro, Thunder no serían Thunder sin la voz de Danny Bowes, y que pedazo voz y que carisma que derrochaba en cada uno de sus movimientos, continuamente incitando al público, con constantes gestos de complicidad con sus compañeros y reafirmándose como una de las grandes voces del hard británico surgidas a la estela de Paul Rodgers. Y eso que luego nos enteramos que había cantado afectado por un virus en su garganta, si llega a estar en plenitud de condiciones no se que hubiera sido aquello.
Todo en conjunto sonó perfecto, poderoso y limpio, con clase y fuerza. Los temas fueron cayendo uno tras otro sin apenas respiro, desde clásicos como “Backstreet Symphony”, “Higher Ground” o “River Of Pain” que sonaron de muerte, hasta temas de su última entrega “The Magnificent Seventh”, como el single “I Love You More Than Rock & Roll” que sonó magnífica, o la no menos buena “Amy’s On The Run”. Hubo momentos realmente grandiosos y emotivos como cuando sonaron “Low Life In High Places” con ese cambio de ritmo matador de acústica a eléctrica que Morley ejecutó con maestría, o “Love Walked In” que fue una exhibición a cargo de Bowes, sin olvidar por supuesto el cierre glorioso con la extensa versión de “Dirty Love” en la que nos hinchamos a cantar el estribillo (todavía tengo metido en la cabeza el “na na na na na na”) y donde el propio Bowes se dejó el resto junto a la concurrencia a la que consiguieron levantar definitivamente.
Despedida gloriosa para una gloriosa noche de Rock & Roll con mayúsculas, y que luego continuó cambiando impresiones con los chicos de las dos bandas durante un buen rato lleno de amabilidad y simpatía por parte de todos. Gracias a la novia del guitarrista de Dark Sky (creo que su nombre era Barbel, pero nosotros la rebautizamos como Maribel), un encanto de chica que además hablaba español perfectamente y que nos consiguió los pases de backstage para estar compartiendo ese buen rato con los músicos de las dos bandas, y gracias a todos los que conocimos en Berlín y que tan bien nos trataron.
De lo que nos contaron Thunder tras el show, pues lo de siempre, que están deseando venir a tocar a España (creo que al menos en Madrid meterían el doble de lo que metieron en Berlín, promotores a ponerse las pilas), que vienen mucho a veranear por aquí, y que ya están componiendo para un nuevo disco, que según decían Ben Mathews y Luke Morley va a ser aun mejor que este último. Lógico. Lo dicho, una gran noche de las que tardaremos mucho tiempo en olvidar, esperemos que se repita pronto por aquí.

Mariano Palomo

GUITAR FEST 2005

ANDY TIMMONS BAND / TONY HERNANDO + MIKE TERRANA

1 de Diciembre de 2005. Sala Ritmo & Compás

Realmente loable el esfuerzo e ilusión que deposita Tony Hernando en la organización de todas y cada una de las ediciones de su GUITAR FEST. Un esfuerzo que se vio ampliamente respondido y respaldado en esta ocasión por el público madrileño que puso a reventar la Ritmo & Compás, con bastante gente incluso que se quedó en la calle sin entrada. Entre el público mucho músico, mucho amante de los sonidos virtuosos, y algún que otro despistado como yo que no soy demasiado dado a este tipo de conciertos, pero que dadas las buenas referencias que tenía de los artistas que actuaban en las tablas tenía curiosidad por ver el show. Y la verdad es que no salí defraudado en absoluto, muy al contrario, salí muy gratamente sorprendido de lo que pude presenciar, y sobre todo escuchar.
Tras un rato de espera sobre la hora prevista salieron a escena TONY HERNANDO y su banda, una banda completa, no sólo con Mike Terrana, que para muchos era el único músico conocido junto a Tony, pero que cumplieron perfectamente junto al hacha salmantino y al aporreador yankee.
Tanto a Tony como a Terrana ya les había visto por separado, y ambos me habían gustado mucho, y juntos confirmaron una gran coordinación y acoplamiento, algo sorprendente estando cada uno a un lado del Atlántico sin apenas oportunidad para ensayar juntos, y eso sí, con mayor y lógico protagonismo para Tony y su guitarra.
El sonido empezó siendo un tanto embarullado, con la guitarra demasiado baja respecto al resto de los instrumentos, pero fue creciendo con el paso de los temas, desde la cañera inicial “Now”, pasando por “The Edge”, hasta la buenísima “Truer Than Ever” una de mis favoritas de la discografía de Hernando y que ya sonó bastante bien, al igual que la creciente “Dueling Waters”, ambas de su última entrega “III” en la que basó la mayoría del repertorio, recordando temas como “At The Crossroads” de su anterior obra “The Shades Of Truth”. Uno de los puntos fuertes de la noche vino con “Into The Black”, un tema de los más acelerados de Tony y que predispuso al personal para la recta final con la más progresiva “Men And Machine” que finalizo con un pequeño solo de batería de Terrana, y que a muchos nos hubiera gustado que hubiera sido más extenso y lucido, como en otras ocasiones, como por ejemplo con Rage. Cerraron la actuación definitivamente con “The Awakening”. Un buen concierto, pero quizá con un punto de mejora para próximas ocasiones, seguro que Tony lo conseguirá.
Y a continuación ANDY TIMONS con su banda. Habiendo escuchado sólo uno de sus discos en solitario “The Spoken & Unspoken”, y con casi la única referencia de su labor con Danger Danger (que por cierto estaban en la sala casi al completo) la verdad es que no tenía muy claro lo que me iba a encontrar, estaba claro que más cerca del virtuosismo en solitario que de la comercialidad de su primera banda, pero con las dudas lógicas del que va un poco a tientas.
¡Madre mía!, lo que nos ofrecieron el señor Timmons y compañía. Que pedazo de músicos, que manera de sonar y que divertido y variado fueron capaces de estructurar el show. Con temas cañeros directos al entrecejo, clavando cada una de las notas como hachazos en el oído, afiladas, limpias, precisas; pero sin olvidar su buena dosis de melodía, guiños al blues y a sus influencias tejanas, y con el acompañamientos de dos auténticas máquinas de precisión, tanto el bajista Mike Deane, como el brutal batería Dan Wojciechowski que esta noche me gustó incluso más que Mike Terrna, y no fui el único.
En cuanto a los temas, investigando he cotejado que la mayoría pertenecían a las primeras y más reputadas obras de Timmons en solitario, sus “Ear X-tacy” 1 y 2, temas como la country “Farmer Sez”, “Beautiful Strange” o la divertida final antes del bis “Groove Or Die”. “All Is Forgiven” también resultó de las más dinámicas, y el toque bluessy más claro vino con el homenaje a Steve Ray Vaughan en la mayúscula “I Remember Steve”. También hubo tiempo para las versiones, la primera “Electric Gipsy” de Hendrix que sonó clavada, y con la final y especial jam junto a Tony Hernando ejecutando de manera impresionante el clásico “La Granje” de ZZ Top en la que Timmons también puso la voz al tema más que correctamente.
Cierre fantástico, para una gran actuación a la que uno iba con ciertas reservas, pero de la que salí absolutamente convencido, por parte de unos músicos que para muchos están aun por descubrir y que merecen muy mucho la pena.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Bárbara Hernández (cortesía de www.metalsymphony.com)

Monday, December 12, 2005

DANGER DANGER

3 de diciembre de 2005. Sala Aqualung

Volvían los americanos DANGER DANGER a la capital de España tras su, por ser generosos, irregular actuación de junio de 2003. Pero esta vez a priori casi todo era diferente y mejor. Para empezar volvía a casa el vocalista que les dio su mayor gloria en sus principios, el carismático Ted Poley que ocupaba el puesto de un últimamente desorientado Paul Laine; el nuevo guitarrista Rob Marcello ya llevaba más de dos años con la formación y debería empastar más con el resto del grupo, algo de lo que adoleció en su actuación anterior en Madrid; y por último, aunque no menos importante, el local era mucho más grande y apropiado para la descarga de una banda de la talla de Danger Danger, siendo Aqualung un marco mucho más idóneo que Ritmo & Compás, y que la programada en un principio Caracol. Y prácticamente se cumplieron las previsiones en su totalidad.
Ted Poley a pesar de no haber sido nunca un excelso vocalista y de que su estado físico dista bastante de ser el mejor, es sin duda la voz de Danger Danger, sigue a años luz en cuanto a actitud, espectáculo y voz respecto a su decadente predecesor. Poley desplegó toda su simpatía y carisma para llegar al público desde el primer momento, tirándose infinidad de veces por el suelo, saludando al personal sin parar y además cantando bastante mejor de lo que más de uno esperábamos tras conocer algunas no muy buenas críticas de sus últimas actuaciones por el viejo continente.
En cuanto a Rob, la verdad es que es un buen guitarrista, se le observan buenas maneras y se ve que disfruta como un enano en escena junto a la que es su banda favorita de siempre, además se nota que ha ganado en complicidad y acoplamiento con el resto del grupo, pero... sigue sin parecerme el guitarrista idóneo para la música de Danger Danger; por momentos se torna excesivamente rápido en su ejecutoria, muy a lo “Yngwie” para entendernos, y claro, si además un par de días antes habíamos tenido la ocasión de disfrutar del conciertazo de Andy Timmons, la verdad es que a este se le echa de menos y Rob tiene aun mucho camino que recorrer. Y en lo referente al local creo que no podía ser mejor, con cerca de mil almas botando y cantando durante más de hora y media de disfrute que además lo fue en toda su extensión, con comodidad, buen sonido y muy buen ambiente entre todos los asistentes.
Ahora vamos con lo que no ha cambiado desde los inicios del grupo, su base rítmica que ha seguido tirando del carro hasta ahora a pesar de las dificultades por las que han pasado. Bruno Ravel y Steve West, Steve West y Bruno Ravel, tanto monta, monta tanto; dos muy buenos músicos que mantienen vivo el alma de Danger Danger y que estuvieron magníficos, sobre todo Bruno que además se encargó de apoyar mucho a Ted en los coros, (en los que no iban grabados, igual que las teclas, una de las pocas pegas que se puede poner a la actuación) y de calentar también al público con continuos comentarios y agradecimientos en su papel de líder del grupo.
Pues con todos estos ingredientes ya sólo faltaba que la carta estuviera bien estructurada y con los platos indicados, vamos, que el set fuera el que todos estábamos esperando. Y creo que no podían haber elegido mejor, centrándose en sus dos primeras obras y con un par de buenos recuerdos para el misterioso “Crockroach”. Cuando entré en la sala ya estaba sonando “Crazy Nites”, toda una invitación a la fiesta y el desenfreno que se vio refrendada completamente a lo largo de la noche. Continuaron con la magnífica “Under The Gun” una de las piezas en la que más “cantaron” los teclados grabados pero que me siguió sonando espléndida. Más fiesta con “Rock America” otro tema inmenso que siguió haciéndonos botar como locos, al igual que “Boys Will Be Boys” en la que Ted hizo cantar a la sala su estribillo sin parar. Con tal descarga de adrenalina inicial había que relajarse un poquito y qué mejor que hacerlo con “Don’t Walk Away” una preciosa balada que puso la calma sonando muy bien, y que dejó paso a un buen solo de guitarra de Rob que no hizo demasiado extenso y que marcó el ecuador del show.
Volvieron con “When She’s Good She’s Good, When She’s Bad She’s Better” y con “Good Time” los dos recuerdos del “Cockroach” que fueron ejecutadas y recibidas igual que el resto, muy, muy bien ambas. Como por supuesto lo fue uno de los temas claves del grupo, “Bang Bang” que resultó inmensa con el público volcado y cantando sin parar.
Y en esto llegó la sorpresa de la noche para casi todos, apareció en escena un buen amigo del grupo para acompañarles en “Slipped Her The Big One”; no, no era Andy Timmons, pero el que salió la verdad es que no nos hizo extrañarle, era uno de nuestros mejores valores nacionales Jorge Salán, con sólo un tema demostró una vez más tener un nivelazo enorme y consiguió que más de uno comentara que le podía quitar el puesto a Rob sin ningún tipo de problema; muy bien para variar. Nuevo descanso con “I Still Think About You”, una buena balada con la que seguro más de uno y más de una se emocionó. Quedaban aun unas cuantas balas en la recámara, “Beat The Bullet” que me pareció de lo mejorcito de la noche, y “Monkey Business” que sirvió como intenso y festivo cierre antes de los bises.
No nos hicieron esperar mucho y volvieron con el tema estrella entre la mayoría del público español, la buenísima “Don’t Blame Don’t Love”, un pelotazo que volvió loca a la concurrencia y que, a pesar de no ser de las que más me gustó como sonó, siguió siendo un referente y punto álgido de su repertorio. Se despidieron definitivamente con lo que ellos mismos definen como su himno, “Naughty Naughty”, en la que se extendieron a base de bien coreando y cantando con el público, además de sonar muy, muy rotunda. El cierre no podía ser otro, Ted Poley acabó tirándose encima del público y compartió su momento de gloria con los entregados fans de las primeras filas.
Después de esto queda claro que cuando una banda pone todo en escena, tiene buenos temas y la actitud, entrega y calidad que demostraron Danger Danger en Aqualung, a pesar de algún que otro detalle mejorable, el resultado sólo puede ser uno: Sobresaliente. Ojalá sigan por la misma línea y vuelvan pronto por aquí.
Mariano Palomo