Monday, December 12, 2005

DANGER DANGER

3 de diciembre de 2005. Sala Aqualung

Volvían los americanos DANGER DANGER a la capital de España tras su, por ser generosos, irregular actuación de junio de 2003. Pero esta vez a priori casi todo era diferente y mejor. Para empezar volvía a casa el vocalista que les dio su mayor gloria en sus principios, el carismático Ted Poley que ocupaba el puesto de un últimamente desorientado Paul Laine; el nuevo guitarrista Rob Marcello ya llevaba más de dos años con la formación y debería empastar más con el resto del grupo, algo de lo que adoleció en su actuación anterior en Madrid; y por último, aunque no menos importante, el local era mucho más grande y apropiado para la descarga de una banda de la talla de Danger Danger, siendo Aqualung un marco mucho más idóneo que Ritmo & Compás, y que la programada en un principio Caracol. Y prácticamente se cumplieron las previsiones en su totalidad.
Ted Poley a pesar de no haber sido nunca un excelso vocalista y de que su estado físico dista bastante de ser el mejor, es sin duda la voz de Danger Danger, sigue a años luz en cuanto a actitud, espectáculo y voz respecto a su decadente predecesor. Poley desplegó toda su simpatía y carisma para llegar al público desde el primer momento, tirándose infinidad de veces por el suelo, saludando al personal sin parar y además cantando bastante mejor de lo que más de uno esperábamos tras conocer algunas no muy buenas críticas de sus últimas actuaciones por el viejo continente.
En cuanto a Rob, la verdad es que es un buen guitarrista, se le observan buenas maneras y se ve que disfruta como un enano en escena junto a la que es su banda favorita de siempre, además se nota que ha ganado en complicidad y acoplamiento con el resto del grupo, pero... sigue sin parecerme el guitarrista idóneo para la música de Danger Danger; por momentos se torna excesivamente rápido en su ejecutoria, muy a lo “Yngwie” para entendernos, y claro, si además un par de días antes habíamos tenido la ocasión de disfrutar del conciertazo de Andy Timmons, la verdad es que a este se le echa de menos y Rob tiene aun mucho camino que recorrer. Y en lo referente al local creo que no podía ser mejor, con cerca de mil almas botando y cantando durante más de hora y media de disfrute que además lo fue en toda su extensión, con comodidad, buen sonido y muy buen ambiente entre todos los asistentes.
Ahora vamos con lo que no ha cambiado desde los inicios del grupo, su base rítmica que ha seguido tirando del carro hasta ahora a pesar de las dificultades por las que han pasado. Bruno Ravel y Steve West, Steve West y Bruno Ravel, tanto monta, monta tanto; dos muy buenos músicos que mantienen vivo el alma de Danger Danger y que estuvieron magníficos, sobre todo Bruno que además se encargó de apoyar mucho a Ted en los coros, (en los que no iban grabados, igual que las teclas, una de las pocas pegas que se puede poner a la actuación) y de calentar también al público con continuos comentarios y agradecimientos en su papel de líder del grupo.
Pues con todos estos ingredientes ya sólo faltaba que la carta estuviera bien estructurada y con los platos indicados, vamos, que el set fuera el que todos estábamos esperando. Y creo que no podían haber elegido mejor, centrándose en sus dos primeras obras y con un par de buenos recuerdos para el misterioso “Crockroach”. Cuando entré en la sala ya estaba sonando “Crazy Nites”, toda una invitación a la fiesta y el desenfreno que se vio refrendada completamente a lo largo de la noche. Continuaron con la magnífica “Under The Gun” una de las piezas en la que más “cantaron” los teclados grabados pero que me siguió sonando espléndida. Más fiesta con “Rock America” otro tema inmenso que siguió haciéndonos botar como locos, al igual que “Boys Will Be Boys” en la que Ted hizo cantar a la sala su estribillo sin parar. Con tal descarga de adrenalina inicial había que relajarse un poquito y qué mejor que hacerlo con “Don’t Walk Away” una preciosa balada que puso la calma sonando muy bien, y que dejó paso a un buen solo de guitarra de Rob que no hizo demasiado extenso y que marcó el ecuador del show.
Volvieron con “When She’s Good She’s Good, When She’s Bad She’s Better” y con “Good Time” los dos recuerdos del “Cockroach” que fueron ejecutadas y recibidas igual que el resto, muy, muy bien ambas. Como por supuesto lo fue uno de los temas claves del grupo, “Bang Bang” que resultó inmensa con el público volcado y cantando sin parar.
Y en esto llegó la sorpresa de la noche para casi todos, apareció en escena un buen amigo del grupo para acompañarles en “Slipped Her The Big One”; no, no era Andy Timmons, pero el que salió la verdad es que no nos hizo extrañarle, era uno de nuestros mejores valores nacionales Jorge Salán, con sólo un tema demostró una vez más tener un nivelazo enorme y consiguió que más de uno comentara que le podía quitar el puesto a Rob sin ningún tipo de problema; muy bien para variar. Nuevo descanso con “I Still Think About You”, una buena balada con la que seguro más de uno y más de una se emocionó. Quedaban aun unas cuantas balas en la recámara, “Beat The Bullet” que me pareció de lo mejorcito de la noche, y “Monkey Business” que sirvió como intenso y festivo cierre antes de los bises.
No nos hicieron esperar mucho y volvieron con el tema estrella entre la mayoría del público español, la buenísima “Don’t Blame Don’t Love”, un pelotazo que volvió loca a la concurrencia y que, a pesar de no ser de las que más me gustó como sonó, siguió siendo un referente y punto álgido de su repertorio. Se despidieron definitivamente con lo que ellos mismos definen como su himno, “Naughty Naughty”, en la que se extendieron a base de bien coreando y cantando con el público, además de sonar muy, muy rotunda. El cierre no podía ser otro, Ted Poley acabó tirándose encima del público y compartió su momento de gloria con los entregados fans de las primeras filas.
Después de esto queda claro que cuando una banda pone todo en escena, tiene buenos temas y la actitud, entrega y calidad que demostraron Danger Danger en Aqualung, a pesar de algún que otro detalle mejorable, el resultado sólo puede ser uno: Sobresaliente. Ojalá sigan por la misma línea y vuelvan pronto por aquí.
Mariano Palomo

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