INTERPEÑAS METAL 2005
GAMMA RAY / BARÓN ROJO / WARCRY /
NOCTURNAL RITES / POWERWOLF
NOCTURNAL RITES / POWERWOLF
12 de Octubre de 2005. Recinto Ferial. Zaragoza
Qué pedazo de fiestas. Cualquier excusa es buena para huir de la capital del escombro y disfrutar de una noche memorable en todos los aspectos. Volver a encontrarse con los amigos y la encantadora gente de esta maravillosa ciudad ya es motivo suficiente para pegarnos el viaje, que sin duda repetiremos (que sí, Eduardo, Joan, volveré, lo juro), y si encima tenemos una noche de rock de este calibre... ¿para qué queremos más? Hubo algún fallo de organización con las acreditaciones, hasta que se pudo aclarar la cosa pasó tanto tiempo que nos perdimos a los primeros grupos. Pero como me gusta quedarme con la parte positiva, he de decir que una vez dentro todo fue perfecto. Mientras en otros festivales sólo te dejan hacer fotos en dos ó tres temas, y después te echan del foso casi a patadas, aquí pudimos desarrollar nuestra labor sin ninguna limitación, incluso con libre acceso al backstage. Igualmente fue de agradecer la instalación de cámaras y pantallas gigantes a ambos lados del escenario, los de las últimas filas podían disfrutar del concierto casi mejor que los de las primeras.
Por lo que he comentado algo más arriba nos perdimos a Powerwolf, cosa que sentimos, porque nos habían hablado muy bien de ellos. De Nocturnal Rites sólo pudimos llegar al final, por lo que vimos practican un power metal más que correcto. Los pocos temas que pudimos ver nos gustaron mucho.
Eran más o menos las 20:50 cuando saltaron a la palestra WARCRY. Los asturianos pudieron disfrutar de la actuación más tranquila de la noche, en el sentido de que no tuvieron ningún contratiempo. Al contrario, el sonido fue excelente, todo fue sobre ruedas, a Víctor se le entendían las letras perfectamente, cosa rara. Había que aprovechar el poco tiempo disponible, así que sin más dilación presentaron su último trabajo, “¿Dónde Está la Luz?”, siguiendo incluso el mismo orden del disco: “Nuevo Mundo”, “El Anticristo” y “El Regreso”. Hasta “Alejandro” no sonaron composiciones anteriores, aunque siguió cayendo alguna reciente, como “Contra El Viento”. Una pena que no diera tiempo a incluir ninguna canción de su primer CD, pero el reloj corría inexorablemente. “Troya” y “Espíritu De Amor” fueron el prolegómeno de un fin de fiesta apoteósico con “Capitán Lawrence”. Fueron 55 minutos realmente intensos.
BARON ROJO tuvieron mucha peor suerte. Salieron con bastante retraso. Al hacer la prueba final los técnicos se dieron cuenta de que los micrófonos no sonaban. Tras media hora, aparentemente por fin consiguieron que funcionaran, y la banda salió inmediatamente al escenario. Tras una breve intro instrumental, con “Los Desertores Del Rock” pronto comprobaron que quizá habría merecido la pena esperar un poco más, sólo se oía el micro de Carlos, y no especialmente bien. Pero nuestros barones nunca se han distinguido por dejarse vencer por las adversidades. ¿Qué Ángel y Armando no podían apoyar en los coros? ¿Y qué importa, cuando para eso habíamos cerca de 5.000 personas? No hacían ninguna falta, y en cualquier caso Carlos tiene capacidad suficiente para bastarse él sólo. Así que, siguieron tocando como si nada, un repertorio muy cortito por la posición que les tocaba: “Las Flores Del Mal”, “Incomunicación”, “What´s Next To The Moon”, “Cueste Lo Que Cueste”, “Concierto Para Ellos”, “Cuerdas De Acero”... No quiero olvidar mencionar a José Martos. Utilizó una batería que yo calificaría como de minimalista, hace falta ser muy bueno para hacer que todo suene tan bien con tan pocas piezas. En realidad, el sonido fue bueno en todo excepto en las voces. Tras “Con Botas Sucias” y “Resistiré” llegó el bis, en el que, por su puesto, la gente exigió más. Sólo tenían asignada una hora, pero se las arreglaron para arañar cinco minutos más, enlazando la muy participada “Barón Rojo” con “Casi Me Mato”. A las 23:40 finalizaba otra gran noche a cargo de nuestros rockeros indomables.
Eran ya las 00:15 cuando empezó a sonar “Welcome”, GAMMA RAY hacían por fin su aparición. Si Barón Rojo habían tenido problemas, los alemanes tampoco lo pasaron demasiado bien. En cuanto empezaron con “Gardens Of The Sinner”, Dirk no tardó en darse cuenta de que su instrumento no sonaba. Echando tantos cojones como sus predecesores, el resto del grupo tuvo que seguir tocando la canción sin bajo, mientras al desesperado teutón le buscaban otro y hacían que funcionase. Ya con “New World Order” la cosa adquirió cierta normalidad. En esta ocasión la banda contaba con un teclista de apoyo, aunque, las cosas como son, apenas se le oía. “Heaven Can Wait” fue una de las grandes sorpresas, esperemos que nunca más vuelva a desaparecer del repertorio una canción tan maravillosa, quizá la mejor de toda su carrera. Por cierto, los tiempos en los que Kai no interpretaba los temas cantados originalmente por Ralf Scheepers parecen por fin relegados a la historia. No sólo la ya mencionada, también cayeron “One With The World”, “Space Eater” y “The Silence”. Está claro que Hansen nunca tendrá el nivel del hoy Primal Fear, pero eso no quiere decir que lo haga mal, y mucho menos que composiciones magistrales deban desaparecer del set. Creo, además, que de todas las veces que les he visto, ha sido una de las que mejor repertorio eligieron. Bastante bien representativo de toda su carrera, sólo eché en falta algo de “Insanity And Genius”. No olvidaron algo de su nuevo disco, concretamente los temas “Fight” y “Blood Religión”, dos de los más apropiados para el directo. También hubo lugar para el inevitable solo de batería de Dan Zimmerman, menuda fiera. Los que temíamos que el show sería corto por tocar tantos grupos, nos equivocamos. Una hora y cincuenta minutos duró la broma. Más canciones fueron “Detrone Tyranny”, “Rebellion In Dreamland” (que no tocaron entera), “Land Of The Free” y “Valley Of The Kings”. Si he de poner algún pero a Kai, Henjo y compañía es que se enrollaron demasiado en dos ocasiones. Primero en “Heavy Metal Universe”. Nos hicieron repetir el estribillo cuatro veces, igual que en el disco en directo, y después en “Somewhere Out In Space”, que alargaron hasta el infinito innecesariamente. La enlazaron con los últimos fragmentos de “Rebellion In Dreamland”, que había quedado interrumpida con anterioridad, y dieron paso al bis. Con “Send Me A Sign” aquello volvió a pegar un subidón, y ya no quiero contar cómo se puso el respetable con “I Want Out”. Una vez más los creadores del power metal se fueron saboreando el incondicional entusiasmo del público de nuestro país. ¡Hasta la próxima, y que sea muy pronto!
Qué pedazo de fiestas. Cualquier excusa es buena para huir de la capital del escombro y disfrutar de una noche memorable en todos los aspectos. Volver a encontrarse con los amigos y la encantadora gente de esta maravillosa ciudad ya es motivo suficiente para pegarnos el viaje, que sin duda repetiremos (que sí, Eduardo, Joan, volveré, lo juro), y si encima tenemos una noche de rock de este calibre... ¿para qué queremos más? Hubo algún fallo de organización con las acreditaciones, hasta que se pudo aclarar la cosa pasó tanto tiempo que nos perdimos a los primeros grupos. Pero como me gusta quedarme con la parte positiva, he de decir que una vez dentro todo fue perfecto. Mientras en otros festivales sólo te dejan hacer fotos en dos ó tres temas, y después te echan del foso casi a patadas, aquí pudimos desarrollar nuestra labor sin ninguna limitación, incluso con libre acceso al backstage. Igualmente fue de agradecer la instalación de cámaras y pantallas gigantes a ambos lados del escenario, los de las últimas filas podían disfrutar del concierto casi mejor que los de las primeras.
Por lo que he comentado algo más arriba nos perdimos a Powerwolf, cosa que sentimos, porque nos habían hablado muy bien de ellos. De Nocturnal Rites sólo pudimos llegar al final, por lo que vimos practican un power metal más que correcto. Los pocos temas que pudimos ver nos gustaron mucho.
Eran más o menos las 20:50 cuando saltaron a la palestra WARCRY. Los asturianos pudieron disfrutar de la actuación más tranquila de la noche, en el sentido de que no tuvieron ningún contratiempo. Al contrario, el sonido fue excelente, todo fue sobre ruedas, a Víctor se le entendían las letras perfectamente, cosa rara. Había que aprovechar el poco tiempo disponible, así que sin más dilación presentaron su último trabajo, “¿Dónde Está la Luz?”, siguiendo incluso el mismo orden del disco: “Nuevo Mundo”, “El Anticristo” y “El Regreso”. Hasta “Alejandro” no sonaron composiciones anteriores, aunque siguió cayendo alguna reciente, como “Contra El Viento”. Una pena que no diera tiempo a incluir ninguna canción de su primer CD, pero el reloj corría inexorablemente. “Troya” y “Espíritu De Amor” fueron el prolegómeno de un fin de fiesta apoteósico con “Capitán Lawrence”. Fueron 55 minutos realmente intensos.
BARON ROJO tuvieron mucha peor suerte. Salieron con bastante retraso. Al hacer la prueba final los técnicos se dieron cuenta de que los micrófonos no sonaban. Tras media hora, aparentemente por fin consiguieron que funcionaran, y la banda salió inmediatamente al escenario. Tras una breve intro instrumental, con “Los Desertores Del Rock” pronto comprobaron que quizá habría merecido la pena esperar un poco más, sólo se oía el micro de Carlos, y no especialmente bien. Pero nuestros barones nunca se han distinguido por dejarse vencer por las adversidades. ¿Qué Ángel y Armando no podían apoyar en los coros? ¿Y qué importa, cuando para eso habíamos cerca de 5.000 personas? No hacían ninguna falta, y en cualquier caso Carlos tiene capacidad suficiente para bastarse él sólo. Así que, siguieron tocando como si nada, un repertorio muy cortito por la posición que les tocaba: “Las Flores Del Mal”, “Incomunicación”, “What´s Next To The Moon”, “Cueste Lo Que Cueste”, “Concierto Para Ellos”, “Cuerdas De Acero”... No quiero olvidar mencionar a José Martos. Utilizó una batería que yo calificaría como de minimalista, hace falta ser muy bueno para hacer que todo suene tan bien con tan pocas piezas. En realidad, el sonido fue bueno en todo excepto en las voces. Tras “Con Botas Sucias” y “Resistiré” llegó el bis, en el que, por su puesto, la gente exigió más. Sólo tenían asignada una hora, pero se las arreglaron para arañar cinco minutos más, enlazando la muy participada “Barón Rojo” con “Casi Me Mato”. A las 23:40 finalizaba otra gran noche a cargo de nuestros rockeros indomables.
Eran ya las 00:15 cuando empezó a sonar “Welcome”, GAMMA RAY hacían por fin su aparición. Si Barón Rojo habían tenido problemas, los alemanes tampoco lo pasaron demasiado bien. En cuanto empezaron con “Gardens Of The Sinner”, Dirk no tardó en darse cuenta de que su instrumento no sonaba. Echando tantos cojones como sus predecesores, el resto del grupo tuvo que seguir tocando la canción sin bajo, mientras al desesperado teutón le buscaban otro y hacían que funcionase. Ya con “New World Order” la cosa adquirió cierta normalidad. En esta ocasión la banda contaba con un teclista de apoyo, aunque, las cosas como son, apenas se le oía. “Heaven Can Wait” fue una de las grandes sorpresas, esperemos que nunca más vuelva a desaparecer del repertorio una canción tan maravillosa, quizá la mejor de toda su carrera. Por cierto, los tiempos en los que Kai no interpretaba los temas cantados originalmente por Ralf Scheepers parecen por fin relegados a la historia. No sólo la ya mencionada, también cayeron “One With The World”, “Space Eater” y “The Silence”. Está claro que Hansen nunca tendrá el nivel del hoy Primal Fear, pero eso no quiere decir que lo haga mal, y mucho menos que composiciones magistrales deban desaparecer del set. Creo, además, que de todas las veces que les he visto, ha sido una de las que mejor repertorio eligieron. Bastante bien representativo de toda su carrera, sólo eché en falta algo de “Insanity And Genius”. No olvidaron algo de su nuevo disco, concretamente los temas “Fight” y “Blood Religión”, dos de los más apropiados para el directo. También hubo lugar para el inevitable solo de batería de Dan Zimmerman, menuda fiera. Los que temíamos que el show sería corto por tocar tantos grupos, nos equivocamos. Una hora y cincuenta minutos duró la broma. Más canciones fueron “Detrone Tyranny”, “Rebellion In Dreamland” (que no tocaron entera), “Land Of The Free” y “Valley Of The Kings”. Si he de poner algún pero a Kai, Henjo y compañía es que se enrollaron demasiado en dos ocasiones. Primero en “Heavy Metal Universe”. Nos hicieron repetir el estribillo cuatro veces, igual que en el disco en directo, y después en “Somewhere Out In Space”, que alargaron hasta el infinito innecesariamente. La enlazaron con los últimos fragmentos de “Rebellion In Dreamland”, que había quedado interrumpida con anterioridad, y dieron paso al bis. Con “Send Me A Sign” aquello volvió a pegar un subidón, y ya no quiero contar cómo se puso el respetable con “I Want Out”. Una vez más los creadores del power metal se fueron saboreando el incondicional entusiasmo del público de nuestro país. ¡Hasta la próxima, y que sea muy pronto!
Texto y Fotos: Nacho Jordán
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