Wednesday, November 07, 2007

DREAM THEATER / SYMPHONY X

3 de noviembre de 2007. Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid

Difícilmente podremos encontrar una cita más atractiva para los seguidores del metal progresivo. Todos los ingredientes necesarios para convertir la tarde noche sabatina del pasado día tres estaban presentes, dos de las mejores, si no las dos mejores escuadras del estilo juntas, ambas con nuevos y brillantes trabajos bajo el brazo, un local por fin adecuado y con todas las condiciones a la altura de los artistas, y un día perfecto en fin de semana para que no hubiera excusas. Y la gente respondió, vaya si respondió, formando largas colas desde varias horas antes del comienzo de los shows, para llenar en su totalidad las seis mil quinientas localidades habilitadas para la ocasión del mejor recinto de la capital para este tipo de eventos (al final vamos a tener que agradecérselo al que se le escapó el soplete y quemó el antiguo recinto).
Y es que el público de tonto tiene lo justo, y prefiere pagar más por algo de calidad que arrastrarse a otros espectáculos de muy dudosa calidad por muy baratos que sean. Además público de todo tipo, desde los heavies de toda la vida, pasando por otros cercanos a nuevas tendencias, hasta pijos redomados que se acercaron a disfrutar de la descarga de estos dos iconos del metal actual.

Los teloneros, bueno, llamar teloneros a un grupo con tanto caché y trayectoria como SYMPHONY X puede resultar demasiado duro, pero es que realmente así es como actuaron, apenas cuarenta minutos de show, con muy pocos medios técnicos, pero eso sí, entregándose al máximo y dando muestra de su tremenda calidad. Venían presentando su última y brillante entrega “Paradise Lost”, en la que centraron la primera mitad del repertorio interpretando los cuatro primeros cortes del mismo, además en el mismo orden que aparecen registrados en estudio. “Set The World On Fire” supuso el pistoletazo de salida, con un sonido algo saturado y con un Russell Allen que ya empezó a llevarse al público de calle, además de por su tremendo poderío vocal por su continua provocación e interacción con los presentes que respondieron sin tregua.

Con “Domination” y “Serpent’s Kiss” en la que presentaron a su batería Jason Rullo que la abrió con una tremenda pegada, mostraron en directo su gran calidad siendo estos dos temas para mi de los más destacados de su último disco, al igual que el tema título con el que cerraron esta primera parte, ya con la audiencia comiendo en su mano. A partir de aquí encararon la segunda parte yendo hacia atrás en el tiempo, con la poderosa “Inferno” que abría su anterior disco “Odyssey” y que fue la que más me gustó de la noche, con un Michael Romeo tremendo en su vena más barroca, compitiendo en virtuosismo con el teclista Mike Pinnella.El final vino con el recuerdo de, para muchos, la obra maestra del grupo “The Divine Wings Of Tragedy”, de la mano de "Of Sins And Shadows" y de “Sea Of Lies” que empezó con una rotunda introducción bajo a cargo de Thomas Miller, que acabo siendo un vacile en toda regla de Mr. Allen picando al personal haciendo referencias sobre el público de Barcelona que les vio el día anterior, e incluso haciendo cantar a una chica de la primera fila, María, poniéndose luego a cantar él al más puro estilo Ricky Martin jugando con el nombre de la espontánea vocalista. Pero eso sí, sin perder las formas y la compostura heavy que requería la situación, a pesar de las bromas constantes con lanzamiento de toalla a la cara de Romeo incluido en mitad de uno de sus solos. Un concierto divertido, corto y que nos dejó con ganas de ver en plenitud al grupo. Perfectos para calentar el ambiente.

Pero el ambiente no necesitaba ser caldeado en exceso, la gente iba predispuesta a disfrutar y ser parte de una noche para recordar, y así fue desde el primer momento. DREAM THEATER a estas alturas pueden permitirse el lujo de aparecer en escena sin excesivo montaje, eso sí muy sobrio y elegante, con referencia a la portada de su último trabajo “Systematic Chaos”, con mención especial para el semáforo colocado en lo alto del frontal del escenario, y las dos hormigas de grandes dimensiones al lado de los monitores, además de la señal y la farola que se situaban a ambos lados. Por supuesto introdujeron también partes en video en una gran pantalla situada en el fondo, comenzando nada más ponerse el semáforo en verde, tras estar en ámbar con sonidos de cuerda de fondo, con una intro que no era ni más ni menos que “Así Hablo Zaratustra”, conocido sobre todo por ser la banda sonora de “2001 Una Odisea En El Espacio”, a la que hicieron referencia en el video con una hormiga volando por el espacio, además de mostrar a gran velocidad imágenes de todas las épocas de los componentes del grupo.Todo esto dio paso al grupo en escena descargando con fiereza “Constant Motion” el primer single de su último disco y que sonó espectacular, llena de rabia y energía y ya con un Labrie que empezó a sorprenderme por su magnífica forma, cantando muy bien durante todo el concierto. Se fueron atrás en el tiempo con “Strange Deja Vu”, uno de los buenos temas de “Scenes From A Memory” muy celebrado por un respetable completamente rendido al arte de estos cinco maestros que siguieron mostrando su tremenda pegada con “Blind Fatih”, y levantando un poco el pie del acelerador en la versión 2007 de “Surrounded” que adornaron con fragmentos instrumentales de sus adorados Pink Floyd, y en el que vi especialmente motivado y a gusto al teclista Jordan Rudess, que curiosamente no pudo atendernos a media tarde para realizar una entrevista concertada días antes por encontrarse indispuesto, pues la verdad yo le vi perfectamente sobre las tablas, incluso saliendo con un teclado de mano colgado en un par de ocasiones.El que sigue pareciéndome de lo mejorcito en directo en cuanto a guitarristas es el señor John Petrucci, fantástico una vez más, sobre todo en el principio de la apisonadora “The Dark Eternal Night” que sonó brutal, poniéndose más tranquilos para una de las interpretaciones cumbres de la noche que fue para mí “Forsaken” el tema que más me gusta de su último disco y que en directo resultó soberbio, con Labrie muy, muy bien. Seguía la exhibición instrumental, con unas bases que sonaron con una presencia espectacular a cargo del irascible y ultra profesional John Myung al bajo y con el pulpo Mike Portnoy a la batería que incluso se cantó el inicio de “Take The Time” amén de meter unos buenísimos coros en varias fases del actuación. Nuevo momento especial con la mágica balada “The Spirit Carries On” que se llevó una de las ovaciones más prolongadas de la noche, con Labrie de nuevo dándole un sentimiento espectacular junto al resto del grupo.El final fue bastante más agresivo, uniendo las dos partes de “In The Presence Of Enemies”, que se me acabó haciendo demasiado larga, antes del tremendo Medley que se marcaron a modo de bis, con Portnoy luciendo camiseta de la selección española y dando forma a una extensa mezcla que comenzó con “Trail Of Tears” abierta por Rudess luciéndose con su original teclado giratorio, siguió con “Finally Free” y “The Name Of God” y que finalizó con un soberbio fragmento de “Octavarium” en el que se salió Petrucci con un solo estratosférico. Final magnífico para un evento que esperemos sea el primero de muchos que se puedan celebrar en esta versión limitada en aforo, aunque no tanto, de una instalación municipal que pagamos todos los madrileños y que gracias a la iniciativa de Rock n’ Rock hemos podido empezar a disfrutar. Aunque si vuelven Dream Theater seguramente haya que abrir el Palacio en su totalidad. Muy grandes.


Texto: Mariano Palomo
Fotos: Mariano Crespo (Force Magazine)

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