Tuesday, January 31, 2006

REGRESIÓN / CLOON DC / LEYENDA

FESTIVAL AL PIE DEL CAÑON
21 de Enero de 2006. Sala Mephisto. Barcelona

Un inolvidable fin de semana en Barcelona sólo podía ser realmente perfecto con una buena dosis de rock and roll, y desde luego la tuvimos. Lástima que el público de la Ciudad Condal no respondiera como se esperaba. El mismo cartel tuvo lugar en Madrid unos meses antes con mucho mejor resultado. Pero nada nos impidió disfrutar de una excelente velada, el que se la perdió, peor para él.

Nuestros viejos conocidos LEYENDA tuvieron que desempeñar el siempre difícil cometido de ser los primeros en actuar, abriendo con “El Sueño del Infierno”. Al menos disfrutaron de un buen sonido, que siempre facilita las cosas. Tuvieron disponibles 50 minutos, tiempo más que suficiente para poder presentar su disco “Quintaesencia” casi en su totalidad, sólo faltó “Espérame”. En anteriores crónicas ya hemos hablado de su buen hacer en el escenario, y esta vez no fue una excepción. Tuvieron las agallas de utilizar únicamente composiciones propias en el repertorio, sin recurrir a versiones, como hicieron los otros dos grupos. Pero de eso hablamos un poco más adelante. La gente se fue animando paulatinamente, y Antonio, Fernando, David e Iván salieron bastante airosos de esta su primera incursión en tierras catalanas. Ahora, a volver cuanto antes en mejores condiciones. He de reconocer que no había escuchado nada de CLOON DC. Son buenos músicos, pero el estilo que practican no es precisamente santo de mi devoción. Una especie de mezcla entre metal alternativo y trash, que sin duda convencerá a los seguidores de estas tendencias, pero, como no es mi caso, creo que lo más justo por mi parte es no entrar a valorar una música que soy incapaz de digerir. Además de sonar canciones de su trabajo “Sueños Hiptagónicos”, las fueron alternando con versiones. La primera en caer fue el “Master Of Puppets” de Metallica, muy acorde con los gustos de estos alicantinos. No les quedó tan bien el “Kickstart My Heart” de Mötley Crüe, la interpretaron quizá de una forma demasiado personal, más trash, y la ausencia de coros la hizo quedar un tanto rara. En general, la respuesta del público hacia esta banda fue la más fría de toda la noche. Finalizaron con “Paranoid” de Black Sabbath.
Todo lo contrario les pasó a REGRESION, quienes, pese a no tener todavía a la venta su disco de debut, fueron los que recibieron más apoyo popular. Se notó mucho que tocaban en casa, puesto que son de Hospitalet. Lo suyo me resulta un tanto difuso de describir con exactitud. Son heavy clásico con tintes melódicos, y también con algunos elementos progresivos. Utilizan el teclado en su justa medida. Lamentablemente, la voz se encontraba un poco baja, fue lo que les faltó para que todo saliera redondo. No puedo citar los títulos de sus canciones, pero sí decir que se marcaron un muy celebrado y más que extenso medley de Queen, que resolvieron de forma bastante digna. Para cerrar, en cambio, echaron mano de los Kiss, con “I Was Made For Loving You” y “Lick It Up”, que fueron un magnífico fin de fiesta. Habrá que seguir pendientes de ellos, su primer trabajo estará muy pronto en el mercado. Ojalá consigan animar un poco la escena rockera de esta cidudad.

Texto: Nacho Jordán

Tuesday, January 10, 2006

BEETHOVEN R. / NOCTURNIA / INORDEM

FILM FACTORY CHRISTMAS FESTIVAL
(O, Las sorpresas al final... festival)


29 de Diciembre de 2005. Film Factory. Alcorcón


Por más que me esfuerzo en comprender los oscuros designios que mueven las neuronas de los organizadores de conciertos, hay ideas de casquero que no acabo de entender. ¿Cómo se puede organizar un concierto de Navidad a las 23.00 de un jueves? Y esto lo digo después de comprobar que la entrada no fue tan mala como cabía esperar. La ubicación del escenario hacía que con poca gente se pudiera generar un buen ambiente, pues justo enfrente del mismo se encontraba la barra a unos seis metros. Así pues la gente que allí nos encontrábamos (algo menos del centenar de personas) pudimos disfrutar con toda la intensidad que quisimos de las tres bandas.
Con un cuarto de hora de retraso (¡ya les vale!) comenzaron su corta pero intensa actuación los chicos de INORDEM. Disfrutando de un sonido más que aceptable, y el incondicional y ruidoso apoyo de familiares y amigos, demostraron su valía con temas de cierta complejidad compositiva. A destacar una potente base rítmica, con bajista y batería creando un excelente colchón sobre el que la banda se podía permitir algunas piruetas sonoras. No acabo de congraciarme con este tipo de bandas, que renuncian a la melodía, a cambio de energía y agresividad musical, lo que está bien para un rato, pero no parece un arte perdurable. Destacable la personalísima versión de Barón Rojo “Larga Vida al Rock and Roll”, poco reconocible y sorpresiva, teniendo en cuenta el moderno estilo que lleva la banda. Se despidieron casi a las doce, dejando un grato sabor de boca.

Sin dilación se pusieron manos a la obra los toledanos NOCTURNIA que en diez minutos comenzaban su descarga de Heavy Metal. Llevan ya tiempo presentando su flamante opera prima “En Busca del Tiempo”, y esta era una nueva oportunidad que, por supuesto, no iban a desaprovechar. Y ello a pesar de la frialdad de un público compuesto mayoritariamente por gente que no les conocía de nada. La complejidad de sus temas, muy en la onda de lo que Iron Maiden hacían a partir del “Powerslave”, pero sobre todo, del “Seventh Son...”, no les facilitó las cosas. Y es que las comparaciones son odiosas, pero la mayor parte del repertorio de Nocturnia parecen composiciones de Steve Harris y sus huestes, salvando las distancias (Nocturnia es una joven promesa), y aclarando que no eran las melodías sino el estilo lo que provocaba esta sensación. “Sueños de Libertad”, “No Dudes” ó “Isis” fueron algunos de los temas que sonaron, para gusto de un público que poco a poco le fue cogiendo la onda al grupo, y terminó con los puños arriba. Momento destacado fue una multiversión en la que mezclaron “Al Otro Lado del Silencio” (Angeles del Infierno) y “Hallowed be thy Name” (Iron Maiden) alternando estrofas y estribillos de una y otra en varias ocasiones, lo que generó una única canción que me sorprendió y agradó a partes iguales tanto por su originalidad como por su calidad. “Herederos del Odio” y “En Busca del Tiempo” fueron los bises que, ante la insistencia del vocalista César, el público les pidió, y que sirvieron como broche de oro para su actuación.

Por fin, cuando ya eran la una de la mañana, el quinteto madrileño formado por Ivan, Pepe Mari, Jose, Nacho y Antonio, subían al escenario para demostrarnos que nada puede igualar a un concierto en directo. Tan solo en cuatro ocasiones he visto a los chicos de BEETHOVEN R. sobre las tablas y todas han sido incomparablemente distintas y sorprendentes. El comienzo de Beethoven R. coincidió con el momento de máximo aforo, rozando las cien personas. Supongo que la cercanía del público, la escasa altura del escenario (dos escalones) y el pequeño aforo de la sala fue lo que provocó el curioso y divertido comportamiento de Iván. Tras la acertadísima intro, extraída de “Piratas del Caribe”, y que están usando a todo lo largo del extenso Me parto tour 2005, desarrollaron un salvaje comienzo de actuación con “Larga Vida”, “Quien Irá a por ti Soy Yo” y “Siempre Unidos al R’n’R”. E Iván empieza a desvariar... Con un aparente desinterés por comenzar los temas, se dedica a hacer bromas y contar chistes, cuan si estuviera en el club de la comedia. Su indiscutible don de gentes logra arrancar las risas de un público que acepta el juego como parte de una noche distinta. Las anécdotas no dejan de producirse. En “Que no, que no”, Pepe Mari se baja a tocar su bajo entre la sorprendida audiencia. “El Guardián de tu Piel”, que tarda más de cinco ó seis minutos en empezar por las constantes pullas que se lanzan Iván y Jose, sirve para que el vocalista pida un aplauso a los dj’s, que tienen que pinchar el comienzo del tema. “Ja, Ja” tarda tanto en comenzar que Antonio Alcoba, batería y backing vocals (que no corista) de la banda, decide empezarla. La banda le sigue pero, esto no parece ser del agrado de un aparentemente “ebrio” Iván que detiene al grupo para volver a comenzar, aunque esta vez, siendo él mismo el iniciador. Por cierto que tampoco es que estuviera Iván en su mejor día para cantar, aunque lo suplió con creces con sus gracias y simpatía. “No Permitas que Esto Llegue al Fin”, “Viejo Corazón de Acero” ó “Muévete” fueron algunos de los grandes hits de la banda que también sonaron en esta noche de jueves. “Más sexy”, incluida en “Un poco más”, y “Fallen Angel” (Poison) fueron dos de las versiones que sonaron. Pero la más increíble de las sorpresas surrealistas que uno no podría esperarse jamás es lo que sucedió al final. Cuando la banda ya se había despedido, tras dos horas de actuación, y los músicos dejaban sus instrumentos, algún sector incondicional del grupo pedía más, y Iván, dispuesto a romper todas las barreras posibles, se cuelga el bajo de Pepe Mari (ahí tienes la foto que Lucía tan amablemente nos ha facilitado) y da comienzo al “The Trooper” (¿Iron Maiden?), intentan cantarla pero no se la saben... continúan tocándola mientras Iván se acerca al micro y dice: -¡Pepe, sube a cantarla!. A Pepe no le vi la cara, pero supongo que sería más ó menos la de todos. La continuaron instrumental, con el público coreándo todo lo que se sabía: -uooo, uooooo, uuoouooo...-. Dejándonos a todos anonadados, se despidieron hasta otra... ¿otra?... no habrá otra como esa. Por noches como esta, vale la pena aventurarse a un concierto un jueves... seguido de viernes laborable.... ¡Las tres y media de la mañana...! Buenas noches.

Texto: Carlos Treviño Cobo
Fotos: Lucía Marquina

Monday, January 09, 2006

STRATOVARIUS / HAMMERFALL / SHAKRA

18 de Noviembre de 2005. Sala La Riviera

El inconveniente de que las salas de conciertos de Madrid sean en realidad discotecas pluriempleadas, puede llegar a provocar serios inconvenientes para los espectadores acostumbrados a horarios menos extraños. Y es que hacer la digestión de la comida mientras presencias un concierto de horario nocturno, resulta cuando menos extraño. Eran tres bandas las que iban a actuar, por lo que si el garito quiere abrir a media noche para su rollo poppy, resulta inevitable que el espectáculo se desarrolle en horario infantil. El hecho de que SHAKRA fueran tan puntuales como para comenzar a las 18.30, me impidió ver parte de su actuación (mi madre insistió en que me acabara el yogur). Venían presentando su quinto disco, “Fall”, y por lo que pude ver dieron un recital más que aceptable, con una respuesta más que positiva de los 300 fans, a ojo de buen roquero, que allí nos encontrábamos. Con un sonido muy bueno, ofrecieron una atractiva selección de sus cuatro discos anteriores, salpicado con un par de cortes de su nuevo trabajo, “Take Me Now” y “Chains of Temptation”. Mark Fox, de aspecto siniestramente gótico, sacó mucho más de lo esperado, en un escenario poco más grande que el salón de mi casa, en el que los mástiles pasaban peligrosamente rozando la geta de los músicos.
Con HAMMERFALL tengo un problema personal. Y es que me gusta cualquier tema que escuche, pero si escucho tres seguidos, me aburro como un coral. Me resultan monótonos y repetitivos; y esto es igual en directo. En la última vez que vinieron sin embargo disfruté, debido sobretodo al magnífico espectáculo que trajeron, siendo cabezas de cartel, con aquella batería que subía y bajaba, o el monstruo del hacha (seguro que tendrá un nombre y alguno me llamará ignorante). Sin embargo en esta ocasión la escenografía no estuvo a la altura. Algunos efectos que ya vimos en la otra ocasión, como la nieve, o las telas rojas con ventiladores simulando llamaradas, si estuvieron presentes, pero poco más. Algunos petardos para “Secrets”, a la que siguieron “Riders of the Storm”, con un público que si dio la talla, o “Renegade”, en la que los madrileños demostraron rallar a gran altura... disculpad...es verdad... se me ha ido la olla, que el concierto era en el escenario. El bombardeo de posturitas y topicazos heavies era avasallador, en particular Mr. Dronkak que, ó no sabe tocar la guitarra, o no le gusta, o no quiere; porque estuvo todo el show más preocupado de salir superheavy en las fotos que en arrancar alguna melodía a sus cuerdas. Esto va en beneficio del otro guitarrista, creo que Stefan Elmgren, que se encargó de todos los solos y, en comparación con sus compañeros, fue el mejor (no era muy difícil). “Let the Hammer Fall” (¡Madrid, sois el mejor público del mundo!), “Fury of the Wild” y la emotiva “Glory to the Brave” fueron algunos de los temas que sonaron para deleite de aproximadamente media sala, ¿mil? heavies que disfrutaron... y mucho. Sobró el solo de batería, bastante insulso, realizado sobre una batería de cuatro bombos, más para el espectáculo que para lo que el músico tocaba. Para los bises dejaron “Hearts on Fire”, tema en que hice el ejercicio mental de contar las veces que repetían el título durante la interpretación, y fracasé... me perdí en cuarenta y pico. Resumiendo, sencillo y eficaz; o sea, música sencilla, acompañada de coreografía vistosa, éxito absoluto de público.
Tras haberme granjeado la enemistad de los fans de Hammerfall, vamos a por STRATOVARIUS. Es esta, una banda capaz de lo mejor y de lo peor (buena prueba la tenemos en “Elements I” y “Elements II”). Además son conocidos sus conocidos sus fiascos en directo, así como actuaciones memorables. La única vez que les he visto fue con el “Elements II”, y fue para olvidar, por lo que no tenía ni idea de lo que me podría encontrar. Para empezar, una infinita espera tras Hammerfall, de casi una hora, con un público que se impacientaba por momentos, y un video de la gira de un cuarto de hora (proyectado sobre unas pantallas laterales instaladas tras la actuación de los suecos), que la primera vez hizo gracia pero a la tercera empezó a parecer una tomadura de pelo. Por fin suena la intro... y resultó tan eterna como la espera entre bandas. Música clásica que llevaba intercalado el himno británico ¡por dos veces!. El público, que ya había silbado la bandera “U.S.A.da” durante el video en las tres proyecciones, también silbó este himno en las dos ocasiones. Tras más de cinco minutos de intro... por fin... ¡Música! Y de la buena. Desde el comienzo con “Speed of Light” quedó claro que era un buen día para el rock’n’roll. Tanto Tolkki como Kotipelto estaban pletóricos. “Kiss of Judas” hizo que todos levantáramos los puños al ritmo de una banda entregada al borde de un escenario que se les quedaba pequeño. “Eagleheart” ó “Twilight Symphony” nos permitieron ver a un Jorg Michael impresionante, con una pegada realmente descomunal, así como al fantástico Jens Johanson, que resultó tan divertido como buen músico. En las pantallas se proyectaban imágenes que ayudaban a embellecer el escenario, a veces dibujos estáticos, en otras ocasiones colores bailando entre sí como si estuviéramos en plena psicodelia. El aburrido solo de bajo se les podía haber olvidado, igual que la intro. La larga introducción del tema “United” sirvió para proyectar sobre las pantallas textos en los que informaban sobre guerras, hambre... en fin, sobre lo que mola la especie humana. Finalmente, la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue muy aplaudida por el respetable, en un momento de emotiva solidaridad. Sin apenas música grabada, ni demasiada conversación entre canciones, fueron cayendo “Father Time”, “Fight” o “Hunting High and Low” con la que terminaron. Durante los bises, que fueron “Forever”, “Destiny” y “Black Diamond”, Jorg Michael comenzó a lanzar las baquetas a los lados del escenario, donde eran recogidas por alguien que se las devolvía. Aunque fallaron un par de ocasiones, lo cierto es que llegaron a realizar algunos malabares curiosos cruzando las baquetas en el aire, y todo esto mientras continuaba tocando. Demasiado corto, pues a penas duró hora y cuarto, dejaron un buen sabor de boca, demostrando una profesionalidad de la que carecen en otras ocasiones, y dando un concierto de auténtico R’n’R, sin espectáculos que puedan despistar al personal, y sonando lo que los músicos interpretan en el escenario, donde además no se apreciaron errores sino más bien todo lo contrario. Buena tarde-noche de Rock, de la que nos quedarán gratos recuerdos.
Texto: Carlos Treviño Cobo
Fotos: Jesús Ruiz