Tuesday, January 10, 2006

BEETHOVEN R. / NOCTURNIA / INORDEM

FILM FACTORY CHRISTMAS FESTIVAL
(O, Las sorpresas al final... festival)


29 de Diciembre de 2005. Film Factory. Alcorcón


Por más que me esfuerzo en comprender los oscuros designios que mueven las neuronas de los organizadores de conciertos, hay ideas de casquero que no acabo de entender. ¿Cómo se puede organizar un concierto de Navidad a las 23.00 de un jueves? Y esto lo digo después de comprobar que la entrada no fue tan mala como cabía esperar. La ubicación del escenario hacía que con poca gente se pudiera generar un buen ambiente, pues justo enfrente del mismo se encontraba la barra a unos seis metros. Así pues la gente que allí nos encontrábamos (algo menos del centenar de personas) pudimos disfrutar con toda la intensidad que quisimos de las tres bandas.
Con un cuarto de hora de retraso (¡ya les vale!) comenzaron su corta pero intensa actuación los chicos de INORDEM. Disfrutando de un sonido más que aceptable, y el incondicional y ruidoso apoyo de familiares y amigos, demostraron su valía con temas de cierta complejidad compositiva. A destacar una potente base rítmica, con bajista y batería creando un excelente colchón sobre el que la banda se podía permitir algunas piruetas sonoras. No acabo de congraciarme con este tipo de bandas, que renuncian a la melodía, a cambio de energía y agresividad musical, lo que está bien para un rato, pero no parece un arte perdurable. Destacable la personalísima versión de Barón Rojo “Larga Vida al Rock and Roll”, poco reconocible y sorpresiva, teniendo en cuenta el moderno estilo que lleva la banda. Se despidieron casi a las doce, dejando un grato sabor de boca.

Sin dilación se pusieron manos a la obra los toledanos NOCTURNIA que en diez minutos comenzaban su descarga de Heavy Metal. Llevan ya tiempo presentando su flamante opera prima “En Busca del Tiempo”, y esta era una nueva oportunidad que, por supuesto, no iban a desaprovechar. Y ello a pesar de la frialdad de un público compuesto mayoritariamente por gente que no les conocía de nada. La complejidad de sus temas, muy en la onda de lo que Iron Maiden hacían a partir del “Powerslave”, pero sobre todo, del “Seventh Son...”, no les facilitó las cosas. Y es que las comparaciones son odiosas, pero la mayor parte del repertorio de Nocturnia parecen composiciones de Steve Harris y sus huestes, salvando las distancias (Nocturnia es una joven promesa), y aclarando que no eran las melodías sino el estilo lo que provocaba esta sensación. “Sueños de Libertad”, “No Dudes” ó “Isis” fueron algunos de los temas que sonaron, para gusto de un público que poco a poco le fue cogiendo la onda al grupo, y terminó con los puños arriba. Momento destacado fue una multiversión en la que mezclaron “Al Otro Lado del Silencio” (Angeles del Infierno) y “Hallowed be thy Name” (Iron Maiden) alternando estrofas y estribillos de una y otra en varias ocasiones, lo que generó una única canción que me sorprendió y agradó a partes iguales tanto por su originalidad como por su calidad. “Herederos del Odio” y “En Busca del Tiempo” fueron los bises que, ante la insistencia del vocalista César, el público les pidió, y que sirvieron como broche de oro para su actuación.

Por fin, cuando ya eran la una de la mañana, el quinteto madrileño formado por Ivan, Pepe Mari, Jose, Nacho y Antonio, subían al escenario para demostrarnos que nada puede igualar a un concierto en directo. Tan solo en cuatro ocasiones he visto a los chicos de BEETHOVEN R. sobre las tablas y todas han sido incomparablemente distintas y sorprendentes. El comienzo de Beethoven R. coincidió con el momento de máximo aforo, rozando las cien personas. Supongo que la cercanía del público, la escasa altura del escenario (dos escalones) y el pequeño aforo de la sala fue lo que provocó el curioso y divertido comportamiento de Iván. Tras la acertadísima intro, extraída de “Piratas del Caribe”, y que están usando a todo lo largo del extenso Me parto tour 2005, desarrollaron un salvaje comienzo de actuación con “Larga Vida”, “Quien Irá a por ti Soy Yo” y “Siempre Unidos al R’n’R”. E Iván empieza a desvariar... Con un aparente desinterés por comenzar los temas, se dedica a hacer bromas y contar chistes, cuan si estuviera en el club de la comedia. Su indiscutible don de gentes logra arrancar las risas de un público que acepta el juego como parte de una noche distinta. Las anécdotas no dejan de producirse. En “Que no, que no”, Pepe Mari se baja a tocar su bajo entre la sorprendida audiencia. “El Guardián de tu Piel”, que tarda más de cinco ó seis minutos en empezar por las constantes pullas que se lanzan Iván y Jose, sirve para que el vocalista pida un aplauso a los dj’s, que tienen que pinchar el comienzo del tema. “Ja, Ja” tarda tanto en comenzar que Antonio Alcoba, batería y backing vocals (que no corista) de la banda, decide empezarla. La banda le sigue pero, esto no parece ser del agrado de un aparentemente “ebrio” Iván que detiene al grupo para volver a comenzar, aunque esta vez, siendo él mismo el iniciador. Por cierto que tampoco es que estuviera Iván en su mejor día para cantar, aunque lo suplió con creces con sus gracias y simpatía. “No Permitas que Esto Llegue al Fin”, “Viejo Corazón de Acero” ó “Muévete” fueron algunos de los grandes hits de la banda que también sonaron en esta noche de jueves. “Más sexy”, incluida en “Un poco más”, y “Fallen Angel” (Poison) fueron dos de las versiones que sonaron. Pero la más increíble de las sorpresas surrealistas que uno no podría esperarse jamás es lo que sucedió al final. Cuando la banda ya se había despedido, tras dos horas de actuación, y los músicos dejaban sus instrumentos, algún sector incondicional del grupo pedía más, y Iván, dispuesto a romper todas las barreras posibles, se cuelga el bajo de Pepe Mari (ahí tienes la foto que Lucía tan amablemente nos ha facilitado) y da comienzo al “The Trooper” (¿Iron Maiden?), intentan cantarla pero no se la saben... continúan tocándola mientras Iván se acerca al micro y dice: -¡Pepe, sube a cantarla!. A Pepe no le vi la cara, pero supongo que sería más ó menos la de todos. La continuaron instrumental, con el público coreándo todo lo que se sabía: -uooo, uooooo, uuoouooo...-. Dejándonos a todos anonadados, se despidieron hasta otra... ¿otra?... no habrá otra como esa. Por noches como esta, vale la pena aventurarse a un concierto un jueves... seguido de viernes laborable.... ¡Las tres y media de la mañana...! Buenas noches.

Texto: Carlos Treviño Cobo
Fotos: Lucía Marquina

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