WHITESNAKE (Acústico)
Lo que en un principio se presentaba como una simple presentación del nuevo disco de WHITESNAKE, “Live In The Shadows Of The Blues”, se convirtió en todo un espectáculo. Un evento programado como concierto acústico para medios y unos pocos afortunados fans (los que pudieron entrar, un montón se quedaron fuera por lo limitado del aforo del local), se tradujo en una multitudinaria cita de un ingente número de seguidores ansiosos por ver a David Coverdale y Doug Aldrich. Y ciertamente la hora larga que tuvimos la suerte de disfrutar junto a ellos fue inolvidable. Tras una larga espera por parte tanto de los compañeros de prensa como de los incansables incondicionales de la serpiente blanca allí reunidos (quiero hacer una mención especial a la madre e hija venidas desde Barcelona desde primeras horas exclusivamente para la cita), nos encontramos cara a cara, bueno nosotros un poco más abajo sentados en el suelo, con una de las leyendas vivas del rock mundial, allí teníamos al responsable de algunas de las canciones que han marcado nuestra vida ofreciéndonos todo su feeling, carisma y amabilidad.
La historia comenzó magníficamente con “Gimme All Your Love Tonight”, con la gente a los pies de los músicos, en algunos casos literalmente. Coverdale mostró un gran estado de forma vocal y Aldrich hizo su trabajo a la perfección. Seguidamente, y a petición popular, David se arrancó con una buenísima versión a capella de la archiconocida “Is This Love” acompañada en todo momento por las voces de los allí presentes. Una primera parada para las cuestiones de los asistentes, y vuelta a la música con la mítica “Ain’t Gona Cry No More” que resultó increíble, con un feeling difícil de definir desde estas líneas. De nuevo atendiendo al requerimiento popular, Coverdale nos volvió a deleitar a capella con “Soldier Of Fortune” que sonó magistral. También tuvieron tiempo para enseñarnos dos de sus nuevos temas en versión acústica, estas fueron “All I Want Is You”, perfecta para la interpretación en este formato, en un principio concebida para un disco en solitario de Coverdale y que recordó muchísimo a los temas a medio tiempo del poco conocido e infravalorado “Restless Heart”; y la segunda “Dog”, donde la voz subió mucho más en una onda cercana al trabajo de Coverdale-Page.
Tras la exhibición musical, despedida y vuelta a escena con mesa por medio para firmar a todos los presentes y a los muchos que esperaban tanto en el interior de la tienda donde se celebró el concierto, como a los que aun esperaban en la puerta, con la sonrisa siempre en el rostro de Coverdale y Aldrich totalmente entregados y comunicativos. En definitiva, una cita inolvidable.