Monday, August 28, 2006

FESTIVAL LEYENDAS DEL ROCK

12 de Agosto de 2006. Campo de Fútbol Carlos Muñoz.
Puerto de Mazarrón (Murcia)

¡Por fin! Más de 20 años hemos tenido que esperar a esta tercera edición del Mazarrock. Que por problemas legales no se haya podido utilizar el mismo nombre es un detalle sin importancia. De todas formas, el propio concejal de Cultura de Mazarrón anunció que intentarían arreglarlo para la próxima vez. Más que de la denominación, en la siguiente entrega deberán preocuparse del problema más importante, el calor. O se buscan un recinto cubierto, o se recurre a las carpas, pero lo que tanto músicos como público hemos pasado no se puede repetir jamás. Y lo cierto es que, en todos los demás aspectos, todo ha salido bastante bien. 5.000 asistentes pueden dar fe de ello. Se notaba que había detrás gente con experiencia. Los escenarios, el Jesús de la Rosa y el Azucena, se encontraban en los dos extremos del campo de fútbol, tenían un tamaño parecido, pero, como el Azucena era un poco más grande, podemos decir que era el principal. En cuanto acababa un grupo empezaba otro en el lado opuesto, pero no hubo forma de evitar pequeños retrasos. Como maestros de ceremonias, el entrañable Rafa Basa, y el indefinible Óscar de Lujuria.

Con sólo 5 minutos de retraso, pues estaban anunciados a las 12:00, en el escenario Jesús de la Rosa rompieron el hielo (con la temperatura que había, sólo es un decir) los locales CATION. Tuvieron que padecer todos los inconvenientes de abrir en un evento así: poco público, fallos de sonido, etc. Su estilo de fusión con partes sampleadas no es santo de mi devoción, pero con las ganas que echaron y con su forma de aguantar el tipo se ganaron mi respeto y el del público.

Una tónica similar es la de SILIKOSIS, o al menos me lo parecieron a mí, no soy capaz de digerir estos sonidos alternativos. Lo siento por los seguidores de las nuevas tendencias, sé que gustan a mucha gente, debo ser un poco retrógrado, porque a mí todo me suena igual. Curiosamente, redujeron su tiempo asignado casi en diez minutos, así se intentó compensar que empezaran ya un cuarto de hora tarde.

Más gente atrajeron SWEET LITTLE SISTER, sin duda tuvo que ver que cuatro de los miembros eran chicas, junto a dos guitarristas masculinos. Algo que me llamó la atención es que todas cantaban, igual la vocalista “oficial” agarraba el bajo y era la otra la que ocupaba su puesto, o hacía duetos con la teclista. Incluso la batería también ayudaba en los coros. Junto a composiciones propias como “Pop Boy”, “Showgirl” o “Shout It Out”, tuvieron el acierto de ganarse a la gente con un montón de versiones, como el tema de Skid Row que les da nombre, el “Rock And Roll All Nigth” de Kiss, el “Born To Rise Hell” de Motorhead, que quedó genial, y el “Highway To Hell” de AC/DC, simplemente apoteósica. Pese a la casi lastimosa simpleza de su disco de debut, en directo este grupo gana muchísimo.

ARS AMANDI tuvieron muy mala suerte con el sonido. No pudieron probar, en realidad no pudo nadie, pero a ellos les toco quizá el peor de todo el día, algunos instrumentos ni se oían. Al sumarse el espantoso calor (se les hizo las tres de la tarde), la cosa pintó bastante mal. Pero los realmente grandes siempre lo demuestran luchando contra la adversidad. Aguantaron mecha y echaron cojones hasta que los problemas técnicos se fueron arreglando, y sacaron adelante una actuación que tenía todas las papeletas para irse a pique. Recorrieron sus tres discos publicados, con temas como “Gritando al Mar”, “El Río” o “Escuchando al Corazón”, cerrando con “Abre la Puerta Niña” y “La Suerte Está Echada”. No sé cómo se las apañaron, tocaron casi diez minutos más de lo anunciado.

Sabía que en MR. ROCK había gente que había tocado en Sobredosis, en cambio no tenía ni idea de que iba a encontrarme en el escenario Jesús de la Rosa a Sergio, ex-Ankhara y ex-Mägo de Öz. Naturalmente, era del todo obligatorio interpretar alguna versión de la banda desaparecida, “Sangre Joven” sirvió de recordatorio. En general no me pareció un grupo muy notable. Para mi gusto, les falta un poco de caña. Quizá si hubiera escuchado antes sus composiciones, me habrían entrado mejor en directo. Los vi lentos y aburridos, pero sólo es una opinión.


Que me perdonen los fans de SILVER FIST, y sobre todo el propio grupo. Estaba muerto de hambre, eran más de las cuatro y yo llevaba allí desde de las once. Necesitaba un descanso, así que me marché un buen rato para comer y reponerme. Aun así llegué a tiempo al escenario Azucena para disfrutar de la recta final, con versiones incluidas, un instrumental muy gracioso con la música de la serie televisiva “El Equipo A” y el “Master Of Puppets” de Metallica.


El retraso estaba estabilizado en 20 minutos. Los COZ sólo podían interpretar clásicos, en los últimos quince años no han editado más que tres recopilatorios. Más bien se deberían haber llamado “CozMira”, porque estaban allí los dos cerebros de Punto de Mira, el guitarra Javier Mira y como teclista Juan Olmos, cantando también en varios temas. Me sorprendió lo tremendamente envejecido que estaba el batería Enrique Ballesteros, aunque toco perfectamente. Otra cosa destacable es que en casi todas las canciones había invitados: Óscar en “De Mal En Peor”, Larry de Katie King en “Más Sexi”, Laura la bajista de Sweet Little Sister en “Juega Para Ganar”... sin contar las veces que también cantó Juan Olmos, ya en solitario, ya en duetos. Cuando, por fin solo, Márquez interpretó “Imagínate” vimos el motivo: tenía la voz hecha polvo. Los “invitados” estaban para disimular lo falto de forma que se encuentra el titular. O cogen un cantante solista, o Coz lo llevan muy crudo. No podían faltar “Leche en Polvo” ni “Las Chicas Son Guerreras”, con la que cerraron, de nuevo con Larry a la voz.
Me fui bien lejos del escenario Azucena cuando llegó CASABLANCA con CARLOS PINA. Nunca he sido supersticioso, pero hay cosas que claman al cielo. Cargarse la compañía que ha editado su tributo ha sido la última “hazaña” de Panzer, hasta de forma póstuma siguen manteniendo viva su leyenda negra. Como no podía ser de otra forma, un buena porción del repertorio fueron temas de la antigua banda de Pina, como “Gedeón”, “Junto a Ti” o “Perro Viejo”.
Llegaba el turno de SHERPA, que vio reducido su tiempo por la larguísima introducción de Óscar y Basa, que se podían haber ahorrado. Al segoviano no se le ocurrió nada mejor que pedir a gritos la reunión del Barón Rojo original, prometiendo que intentaría convencer a los hermanos De Castro. De nada sirvió que Basa dijera que era casi imposible, Óscar insistió más y más, apostillando: “que conste que por parte de Sherpa y Hermes no hay ningún problema”. Mira, Óscar, me pareces un tío cojonudo, pero la cagaste totalmente. Carlos y Armando tienen todo el derecho del mundo a no querer la vuelta de Hermes y Sherpa. Exactamente el mismo que tuvieron ellos a marcharse hace 17 años sin que les echara nadie, y el mismo que tuvieron a negarse a volver seis años después cuando los De Castro se lo ofrecieron. El mismo, ni más ni menos. Y una cosa debe quedarte muy clara: en el improbable supuesto de que alguna vez se reúnan, será porque lo hablen y solucionen entre ellos, no porque se meta de por medio un celestino. Dedica tu lengua a los “besos negros”, porque si sigues así vas a terminar escaldado. Pero al final me voy de lo que realmente importa, la música. Sherpa y sus huestes atacaron “Guerrero en el Desierto”. Recién salido de una operación de hernia discal, el bajista tuvo que actuar sentado, cosa que a nadie importó. Al principio me pareció que su voz había mejorado algo desde la última vez que le vi. Desde luego estaba en mejor forma, por lo menos se ha quitado diez kilos. Pero poco a poco, José Luis fue perdiendo fuelle. Cada vez se le notaba más el esfuerzo, hacía muchas pausas, se quedaba sin aire, dejaba cantar al público con sospechosa asiduidad. De su disco también cayó “Flor de Invernadero”, “Cómico Cósmico” y “Al Centro del Corazón”. El resto fueron grandes clásicos de Barón: “Son Como Hormigas”, “El Malo”, “Campo de Concentración” o “Siempre Estás Allí”. Pudimos comprobar que los guitarras Luis Cruz y Raúl Rodrigo, aunque buenos, no estaban a la altura de los De Castro, pero no tiene nada de particular, nadie en España lo está, y muy pocos de fuera. Hermes, como siempre, tocando como el genio que es. El caso es que, entre el carisma personal de Sherpa, y entre un repertorio que siempre es garantía de éxito lo toque quien lo toque, la gente se lo pasó bien sin reparar mucho en la fatiga del cantante. Al final con “El Pobre” ya estaba casi ahogado. Acertó pasando por alto “Resistiré”.

Por fin se iba haciendo de noche, y llegaba el momento del desfile de los pesos pesados del cartel. Tenía particularmente ganas de ver a ÑU, hacía bastante tiempo que por circunstancias diversas no había podido coincidir con ellos. Era la primera vez que los podía ver con Manolo Arias, y me quedé sorprendido de lo tremendamente bien que suenan con este gran guitarrista. El resto de formación es la misma que grabó “Títeres”, parece que por fin Ñu ha logrado la merecida estabilidad. En cuanto al Molina, no sé cómo lo hace, aparenta quince años menos, no envejece. La única pega que pude poner a tan magnífica actuación es no haber tocado ni un solo tema de su genial último disco, sólo sonaron antiguos: “Manicomio”, “Animales Sueltos”, “No Hay Ningún Loco”, “La Granja del Loco” o “Tocaba Correr”. Flautista y guitarrista alargaban las canciones con los solos, pero en nada resultaba pesado. Además, el toque Arias las hacía quedar más heavies. Las sorpresas de la noche fueron “Preparan” y “El Juglar”, así como tener a José Carlos tocando una guitarra acústica, mira que le habré visto veces, pero nunca de guitarrista. “El Tren”, “El Flautista” y “Más Duro que Nunca” fueron el broche final de uno de los conciertos más brillantes del festival.
Sin moverse del escenario Azucena, donde acababan de finalizar Ñu, tuvo lugar el episodio más estrambótico de la noche, el “homenaje a LONE STAR”. Unos tipos algo talluditos que nadie se molestó en presentar se tiraron más de diez minutos intentando que saliera algo de los amplificadores, pero nada, aquello no funcionaba. Casi nadie sabía siquiera quiénes fueron Lone Star, pero los pocos que sí, no reconocieron a ningún miembro suyo entre los que luchaban por hacer algo decente. Cuando lograron arrancar, sonaron horrorosamente, creo que fue “Mi Calle”, aún tuvieron moral para otro segundo tema, cuyo título no fui capaz de identificar.

El mal sabor de boca desapareció con WARCRY. Ante el fervor popular, repasaron los mejores cortes de sus cuatro trabajos, como “El Guardián de Troya”, “Nuevo Mundo”, “Luz del Norte”o “Alejandro”. Canciones todas ellas que en directo nunca pueden ser mal acogidas. Todo fue rodado, el sonido acompañó, incluso a Víctor se le entendían las letras y todo. Del recibimiento de “Capitán Lawrence” no hay más que decir. Si la memoria no me falla, cerraron con la genial “Hoy Gano Yo”.
Eran casi las doce de la noche, y no tuve moral para irme al escenario Azucena para ver a SRATOGA. No había descansado nada en casi siete horas, y necesitaba cargar las pilas, y sobre todo, cenar. Por tanto, mis humildes disculpas a los seguidores de la banda.

Increíblemente se iba luchando con el retraso. No pasaban diez minutos de su hora asignada cuando OBUS atacaron con “Sin Dirección”. Me sorprendió ver a Fernando en la batería, meses atrás leí que se había marchado. Sin tiempo para alegrarme, en el borde del escenario entraron en funcionamiento los efectos pirotécnicos. Ya me chocó ver a Fortu con un impermeable protector, pronto vimos que los chispazos eran algo serio, y ni mucho menos cosa de un momento. Pasaban y pasaban los segundos y las puñeteras bengalitas nos seguían y seguían friendo. El resultado fue una estampida del público hacia atrás, con los fotógrafos saltando del foso para huir, y cuando al fin se acabó, nueva avalancha hacia delante para pillar los mejores sitios. No hubo heridos, pero pudo haberlos. No sé a qué coño vino crear sin necesidad una situación de peligro. Si Obús no puede controlar estos armatostes, que no los utilice. El mero hecho de que Fortu llevara esa protección ya demostraba que no consideraban sus artefactos muy de fiar. Me entró tan mala hostia, que me fui atrás del todo. La primera etapa estuvo formada por una buena porción de temas recientes, como “Cautivos” o “Más que un Dios”, pasando en la segunda parte a las canciones de siempre: “Autopista”, “Pesadilla Nuclear”, “El que Más”, “Te Visitará la Muerte”, “Sólo lo Hago en mi Moto”... No sé si fue por la tremenda ventolera que se levantó, que incluso invadió el recinto con arena procedente de fuera, el caso el es que la voz me sonaba rarísima, como distorsionada, gargantuesca, igual en primera fila era distinto. En la recta final, llegaron “Que te Jodan”, “Dinero, Dinero”, “Vamos Muy Bien” y “Esta Ronda la Paga Obús”.

Los problemas de sonido volvieron al Azucena. BARON ROJO comenzaron con su intro habitual adelanto del nuevo disco, pasando acto seguido a “Diosa Razón”, y pudimos constatar con horror que la voz de Carlos no se oía. Felizmente, todo se solucionó sobre la marcha antes de acabar el tema. Tras “Larga Vida al Rock And Roll” vino la respuesta a Óscar, involuntaria, pues es habitual en el set, pero respuesta al fin y al cabo. ¿Cuál mejor que “Los Desertores el Rock”? Viendo lo perfectamente acoplados que están Carlos y Armando con Ángel y José, y lo a gusto que se les nota a todos, es comprensible que ni se les pase por la cabeza arriesgarlo todo por una reunión de resultado bastante dudoso. No se puede pretender echar a patadas a quien ha estado dejándose la piel por el grupo, sólo porque alguien ha cambiado de opinión después de más de quince años. ¿Qué garantiza que no la cambie de nuevo? De todas formas, si las circunstancias fueran otras, hubiera estado muy bien tocar algún tema con los miembros originales. Ahora bien, si sólo con actuar en el mismo cartel con siete horas de diferencia ya se desatan inverosímiles especulaciones, si encima interpretan una canción juntos, no lo quiero ni pensar. Los De Castro pasaban de estas necedades, sólo fueron a tocar lo mejor posible como siempre, y punto. De cualquier modo, fueron la banda que más público congregó, alborozado por el genial repertorio: “What´s Next To The Moon”, “Incomunicación”, “Hermano del Rock And Roll”, “Cueste lo que Cueste”, “Concierto Para Ellos”... Tras “Cuerdas de Acero” una pequeña sorpresa recuperando “Czardas”. “Con Botas Sucias” y la siempre apoteósica “Resitiré” dan paso a la traca final, “Barón Rojo” y “Son Como Hormigas”, la única que tocaron las dos facciones. Como de costumbre, nuestros Barones no se quedaron contentos con el tiempo disponible, y con disimulo arañaron otros cinco minutos. Les faltó alguna canción del disco que están terminando para que todo fuera perfecto.

Si había una auténtica leyenda viva esa noche, esa era los grandiosos ZARPA. El caso es que no había más que un cuarto de hora de retraso, pero lamentablemente sólo les permitieron tocar 40 minutos de los 60 anunciados. Lejos de desmoralizarse, el contratiempo sólo consiguió que Vicente Feijoo y sus huestes dieran un concierto más intenso si cabe, con himnos como “Máquinas”, “Babilonia la Ramera”, “Luchadores de la Paz” o “Herederos de un Imperio”. Eran ya las cuatro de la mañana, así que es normal que se marchara bastante gente, pero aún se quedaron entre dos mil y tres mil, que disfrutaron como enanos con esta colosal banda a la que nunca se ha hecho justicia. Inasequibles al desaliento, los decanos del rock duro valenciano supieron estar a la altura del listón dejado por Barón Rojo.

De nuevo en el Azucena, las 04:25 de la madrugada, estoy que me caigo. Cuatro fotos y me largo. Y una mierda. No sé de dónde han salido los tres tipos que forman LA LEÑERA, pero suenan igual, exactamente igual que los Leño originales. Hasta la voz del cantante es parecidísima a la de Rosendo. Cierras los ojos, algo no difícil a esas horas, y crees haber retrocedido en el tiempo un cuarto de siglo. “Sí Señor”, “Maneras del Vivir”, “El Tren”... ¿hace falta seguir? No sabes si estás despierto o te has dormido de pie, sea como sea la gente aún saca fuerzas para seguir botando. Increíble pero cierto. En casi todos los aspectos, ésta fue una jornada realmente legendaria.

Texto y Fotos: Nacho Jordán

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